Estamos acostumbrados a que gran cantidad de los productos que compramos luzcan envases atractivos y coloridos donde, casi siempre, las frutas toman una relevancia absoluta. ¿Influye este tipo de publicidad en nuestros hábitos alimenticios?, ¿sabemos realmente lo que compramos o nos sugestionan las "etiquetas trampa" de ciertos alimentos?
Tras revisar más de 40 productos que presumen de contener frutas como ingrediente principal, la OCU lo tiene claro: la fruta se queda únicamente en reclamo y lamentablemente, en muchas ocasiones, acaban induciendo al comprador a engaño.
¿Dónde está la fruta de estos productos? ¿De verdad es un ingrediente fundamental de estos alimentos?
Pues parece ser que la apariencia fresca y saludable que ofrecen ciertos envases de alimentos que realmente están repletos de aromas, colorantes o azúcares, sí que influye a la hora de llenar nuestra cesta de la compra. Un motivo por el cual la OCU ha puesto en marcha la campaña #etiquetastrampa donde intenta denunciar el engaño publicitario al que se recurre para presentar ciertos alimentos como saludables.
Y es que no es raro encontrar productos como refrescos, zumos, cereales o yogures, entre otros muchos, donde la presencia de fruta es mínima y que, sin embargo, lucen etiquetados repletos de imágenes con estos alimentos para promocionar una apariencia más saludable. ¿Estamos ante publicidad engañosa dentro de lo legalmente consentido?
La OCU lo tiene claro, en muchos de estos productos las cantidades de azúcares añadidos triplican las cantidades de fruta que contiene el alimento y, sin embargo, se nos vende como producto saludable, a través de un envase fresco y apetecible cuando la realidad es que, salvo en raras ocasiones, estos productos no superan el 2% de contenido en frutas.
Lo que hace falta es comer fruta, no alimentos procesados que presumen de tenerla y en cuya composición la fruta es solo un porcentaje casi residual, pese a su denominación o las fotos del envase
Dentro de la campaña de la OCU podemos visualizar diferentes ejemplos de productos que destacan imágenes de ingredientes saludables en sus envases y cuando realmente apenas los contienen.

Reclamación de la OCU
Por este motivo, a través de la campaña #etiquetastrampa, la OCU denuncia la necesidad de exigir un porcentaje mínimo de contenido en fruta para poder ser incluida dentro del etiquetado del producto, sin recurrir al uso de aromatizantes y colorantes como estrategia para visibilizar una presencia de frutas.
"Etiquetas confusas, incompletas y que tienen como efecto el engaño del consumidor que compra el producto pensado que tiene unas cualidades que en realidad no posee"
De este modo, invita a que los productos que contengan imágenes destacadas de frutas en sus envases, corroboren en su etiquetado el contenido real del mismo, de forma que lo que se publicite en el formato corresponda realmente con uno de los ingredientes mayoritarios del producto.
También piden que se adopten ciertos cambios en la normativa para evitar que se recurran a las clásicas fórmulas publicitarias de "sabor a" que permiten vulnerar la prohibición de anunciar mediante imágenes la presencia de ciertos ingredientes que el producto no contiene.
Y vosotros qué pensáis: ¿sabemos realmente lo que compramos o nos sugestionan las "etiquetas trampa" de ciertos productos?. Una campaña que tiene como objetivo terminar con el engaño publicitario a través de etiquetas engañosas que invitan a pensar en "lo que realmente no hay".
En Vitónica | Propósito de mayo: aprende a leer las etiquetas nutricionales de los alimentos
Imágenes | ocu.org
Vía | ocu.org
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4 comentarios
schnedi
La gente no tiene ni idea de la basura que hay en los supermercados.
Pon un envase/etiqueta con colores vivos, un dibujito y cosas como: 100% natural, sin azúcares añadidos, light, 0% grasas... y te llena el carrito de la compra con todo eso.
Pd: yo diría "productos" en lugar de "alimentos".
Usuario desactivado
No puedo más que estar de acuerdo con lo expuesto en el artículo sobre las estrategias engañosas de venta de productos que prometen cualidades que no tienen ni de lejos. Sin embargo, hay que ser sensatos y no focalizarlo únicamente con la industria alimentaria, que en realidad no hace otra cosa que lo que hacen todos los comerciantes de cualquier sector, a saber, hacer su producto lo más atractivo posible para atraer más compradores. Esto no es nuevo ni mucho menos, sólo que a una escala mucho mayor que el frutero de tu calle que te dice que sus sandías son ecológicas, cuando son las mismas que las que te venden en el supermercado de enfrente. En todo esto tenemos los consumidores un rol bastante más activo de lo que queremos aceptar y debemos dejar de ser siempre la parte débil y la parte ingenua que todo se lo traga sin capacidad de juicio, porque no sólo la industria alimentaria nos va a seguir engañando, sino cualquiera.
¿Alguien en su sano juicio cree que unas zapatillas ADIHAS son realmente unas ADIDAS y que las puede comprar por 20 euros? Hay sentencias que han tumbado denuncias de grandes compañías contra falsificaciones por lo burdas que son, depositando en el consumidor una parte de responsabilidad a la hora de elegir aquellos productos que sean más ventajosos para su bolsillo, salud o paladar.
Igualmente, si una madre se planta en un tribunal y denuncia a Nestlé porque había comprado su Fruttolo para su hijo pensando que estaba dando un contenido de fruta natural y resulta que se ha puesto obeso al comerlo regularmente, esa demanda tendrá nulas probabilidades de prosperar, porque el sentido común te debe decir que un producto de ese tipo no puede tener un contenido de fruta suficientemente alto como para sustituir una pieza de fruta natural, y tú lo crees así, es tu responsabilidad, porque para eso está la etiqueta de información nutricional y de ingredientes que especifica lo que lleva realmente el producto. Es tu responsabilidad saber lo que comes.
No todo lo debe regular "papá Estado", un poquito lo debemos poner nosotros como consumidores. De hecho, somos en gran parte responsables de que éstas prácticas sigan produciéndose, porque las consumimos. Si los consumidores no compráramos éstos productos totalmente artificiales a precios ridículos y prefiriéramos productos más naturales pero a un precio mayor, las compañías fabricarían productos de mejor calidad.
El problema es que una marca, pongamos Júver, saca un zumo con un alto porcentaje de contenido de fruta natural, y el precio se va a los dos euros y además, necesita refrigeración y tiene una fecha de caducidad próxima, ya no lo compramos, porque preferimos un zumo por 80 céntimos, que dura meses en la despensa sin necesidad de meterlo en el frigorífico. ¿Qué producto preferirá fabricar Júver?, ¿un zumo de gran calidad que requiere refrigeración, que es menos rentable, que tiene muchas mermas por caducidad y que apenas tiene tirón comercial?, ¿o un zumo con un 5% de fruta, que vende a mansalva, que lo almacena y transporta sin refrigeración y que no tiene mermas?
icemike
Personalmente, cada vez leo mas sobre como "leer" las etiquetas de los productos, tanto entradas en este blog como en otros, y aun así, debo ser verdaderamente torpe, porque me pierdo totalmente. Hay algunas que son claras porque los niveles de azucares se disparan, pero en general creo que las etiquetas están puestas para el despiste.
Si alguien me recomienda alguna buena entrada que enseñe a leer la mayoría de las etiquetas lo agradecería