El queso, qué rico manjar para muchos! pero nunca os ha surgido la duda de... ¿podemos comer la corteza del queso? A mi siempre, y en muchas ocasiones la engullo sin pensarlo, hoy desvelamos la respuesta.
La costumbre para la gran mayoría, no en mi caso como ya he comentado, es siempre la misma, quitarla; pero seguro que en muchas ocasiones os ha apetecido "picar" ese trozito recién partido y todo ha ido para dentro, corteza incluida.
Pero, entonces... ¿se come o no se come? La respuesta es sencilla, depende de la composición de la corteza. Según la Norma de Calidad de Quesos, está permitida la utilización de distintos materiales en la corteza del queso y es ahí donde vamos a diferenciar cuáles son comestibles y cuáles no.
Distintas cortezas
*** Corteza natural**: la que podemos comer. Son quesos cuyas cortezas se someten a procesos de lavado y cepillado y que se suelen caracterizar por tener un sabor amargo y en ocasiones, un recubrimiento superficial de moho o pelusa.
Algunos ejemplos de cortezas de quesos que se pueden ingerir son: semicurados o semiblandos, quesos de cortezas blandas como el Brie o Camembert, quesos con cortezas mohosas como el Roquefort o Cabrales y por último, quesos con corteza dura como el Emmental, Parmesano o Idiazabal.
*** Corteza artificial**: no se debe consumir. Las cortezas de estos quesos pueden estar realizadas con todo tipo de materiales sintéticos y ceras para protegerlos y controlar su proceso de maduración. Son esos tipos de quesos que a simple vista tienen una corteza con "aspecto de plástico".
A partir de aquí y conociendo la diferencia entre ambas, el consumo de la corteza de los quesos naturales va en gustos. Se coma o no se coma, pocos nos podemos resistir al gustazo de disfrutar de un buen queso!
Imagen | Stockphotos
Fuente | BOE Norma de Calidad de Quesos
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