De seguro conoces las trufas como uno de los alimentos más caros del mundo, y es que lo son debido a su cuidadoso y complejo proceso de siembra y cosecha. Hoy te contamos todo sobre las mismas: sus propiedades, beneficios y cómo usarla en la cocina.
Las propiedades de la trufa
Existen más de 30 variedades de trufa, siendo las más preciadas la trufa blanca y la trufa negra. Son un género de hongos que pueden presentarse del tamaño de una nuez o bien, llegar a ser tan grandes como una patata.
Tienen forma irregular y crecen como si de un tubérculo se tratase, bajo tierra. Según un estudio publicado en Journal of Food Science son fuente de proteínas de alta calidad debido a que poseen 9 aminoácidos esenciales o los que el cuerpo no puede sintetizar y que se requieren para crear o reparar nuevas estructuras.
Además, son fuente de hierro, potasio, calcio y sodio para el organismo y poseen potentes antioxidantes que pueden perderse a medida que pasan los días de almacenamiento como señala una investigación publicada el año pasado. Asimismo, el procesamiento industrial tal como el enlatado reduce su capacidad antioxidante, según comprobaron científicos españoles.
Por otro lado, la trufa posee compuestos con efecto aniinflamatorio como los polifenoles y sustancias denominadas fitoesteroles.
Los beneficios de la trufa
Como concluye un estudio publicado en Trends in Food Science & Techonology cada vez crece más la demanda de trufa en búsqueda no sólo de sus usos culinarios sino también de sus propiedades medicinales.
Por sus compuestos antioxidantes y antiinflamatorios la ingesta de trufa podría ser de ayuda para prevenir enfermedades metabólicas varias según un científicos de India, e incluso, para tratar o controlar los síntomas de patologías articulares mediadas por procesos inflamatorios como la artritis.
Debido a su riqueza en buenos nutrientes y a su contenido en fitoesteroles, el consumo de trufa podría colaborar en la prevención de dislipemias y por ello, ser de ayuda para reducir el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
Incluso, algunas investigaciones señalan que la trufa tiene poder anticancerígeno y efecto hepatoprotector lo que sería de gran valor para la prevención de variedad de enfermedades.
Por otro lado, por su riqueza en fibra la trufa podría mejorar la flora intestinal y tener así un efecto inmunomodulador que ayudaría a reducir el riesgo de sufrir enfermedades de todo tipo, además de tener propiedades antimicrobianas que nos alejarían de patógenos frecuentes.
Cómo usar trufa en la cocina
La trufa por su intenso aroma y sabor se usa en muy pequeñas proporciones, como condimento de diferentes platos.
Si queremos sacar mayor provecho a sus propiedades recomendamos usarla fresca, aunque si la vamos a almacenar por demasiado tiempo conviene su congelación.
Se suele usar rallada o finamente picada en cantidades pequeñas, para dar sabor a una salsa ideal para carnes como la salsa Périgueux o bien, para aromatizar una sencilla pasta y darle un toque elegante.
La trufa es muy versátil y puede agregarse a variedad de platos como condimento, desde una salsa como dijimos antes hasta una tortilla, una carne o unos huevos.
Imagen | Pixabay y Wikimedia Commons