No nos echemos las manos a la cabeza, la cerveza es una bebida muy completa y una buena opción para hidratarnos tras una actividad física. Eso sí, hay que beberla con moderación y en el caso del uso deportivo escoger una cerveza “sin alcohol”.
Razones para hidratarnos con cerveza: casi toda su composición es a base de agua (94%), pero además tiene vitaminas y minerales que reestablecen el equilibrio electrolítico trás perder sales con el sudor. La cerveza contiene vitamina B1, B2 y B6, que junto con el sodio, potasio, yodo, magnesio y fósforo la convierten es una firme bebida isotónica.
La cerveza apenas tiene calorías, unas 30-40 kcal por botellín, y todas ellas son a base de hidratos de cabono de baja absorción y algunas proteínas. Beberla en frío nos refrescará y ayudará a la recuperación orgánica y muscular, sobre todo tras esfuerzos de larga duración.
No olvides que estas propiedades no se pueden aplicar si la cerveza es con alcohol, ya que en este caso en lugar de hidratarnos el alcohol nos deshidrata y no ayudaremos a la recuperación, sino todo lo contrario. Lo malo (alguna pega tenía que tener), que tiene una cantidad considerable de gases, pero en pequeñas cantidades apenas nos molestarán.
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