Batidos, yogures, galletas… en los últimos tiempo hemos entrado en una espiral en la que todo, absolutamente todo lo que nos ofrecen tiene algún complemento vitamínico, prebiótico… Los complementos están entrando en nuestra alimentación de manera que parece que todos los necesitamos.
Ya hemos hablado de sus contras en Vitónica pero lo que no sabiamos era que pueden llegar a acortar nuestra vida.
Esas vitaminas que tomamos, lejos de mejorar la salud, basan sus compuestos en antioxidantes como la vitamina A. Las más socorridas, vitaminas A, C y E, el beta-caroteno y el selenio que, como decimos, se basan en antioxidantes, son las causantes de problemas de salud que suponen una merma en nuestra calidad y cantidad de vida.
Al analizar los antioxidantes por separado, la vitamina A se relacionó con un aumento de un 16% del riesgo de morir de manera prematura. Esta cifra se situó en un 7% y un 4%, respectivamente, en el caso del beta-caroteno y la vitamina E.
Los datos no resultaron tan concluyentes para los otros dos suplementos estudiados. "No tenemos evidencia sobre el potencial efecto negativo de la vitamina C sobre la supervivencia. El selenio tendió a reducir la mortalidad, pero sólo cuando se tuvieron en cuenta los ensayos con más probabilidad de contener errores.
Los suplementos, indicados para aquellas personas que sufren problemas que hacen necesario su ingesta, no son recomendables para todo el mundo, todo lo contrario que alimentos más saludables como verduras, frutas… que si que cuentan con antioxidantes naturales presentes en dichas frutas y verduras, y que si son los que debemos tomar para nuestra salud. ¿Porqué atiborrarnos de pastillas cuando tenemos en una pieza de fruta el mejor de nuestros complementos?
Una alimentación adecuada, rica en las comentadas vitaminas, sí puede beneficiar la salud y, por lo tanto, alargar la vida.