Alimentación complementaria: cómo introducir los alimentos en la dieta de los bebés

Alimentación complementaria: cómo introducir los alimentos en la dieta de los bebés

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Alimentación complementaria: cómo introducir los alimentos en la dieta de los bebés

Si tu bebé tiene entre cuatro y seis meses de edad ya está en condiciones tanto nutricionales como de madurez física de incluir en su dieta alimentos diferentes de la leche materna o de la fórmula láctea que recibe. Hoy hablamos de la alimentación complementaria y te contamos cómo introducir los alimentos en los bebés.

¿Qué es la alimentación complementaria?

Se le denomina alimentación complementaria a aquella ingesta de alimentos que reciben los niños pasados los cuatro o los seis meses de edad para "complementar" la ingesta de leche materna o de leche artificial en caso de que no se logre la primera.

No sólo hablamos de papillas, sino que alimentación complementaria se considera a cualquier alimento sólido, semisólido o líquido diferente de la leche materna o artificial que recibió el bebé hasta los cuatro o seis meses de edad.

Según la OMS, lo recomendable es que la alimentación complementaria comience a los seis meses de edad, mientras que el Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría (AEP) recomienda iniciar la misma a los cuatro- seis meses de edad en niños con lactancia mixta o artificial, y a los seis meses en los niños con lactancia materna exclusiva, prolongando esta última a ser posible hasta los dos años.

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Cómo introducir la alimentación complementaria

Debo reconocer que cuando llega el momento de introducir otros alimentos diferentes de la leche en los peques todo parece muy complejo, o muestra lo tan sencillo que es alimentar a un bebé hasta los 6 meses, pues sólo recibe leche o leche.

Antes existían largas listas y recomendaciones a cumplir, pero ahora todo ha cambiado y lo primero que debemos saber es que en un comienzo los bebés comerán entre una y tres veces al día, siendo recién después de los nueve meses recomendable la realización de cuatro comidas diarias y uno o dos ingestas de menor tamaño entre las mismas si fueran necesarias.

Comenzar incorporando un alimento por vez y por uno a tres días, mediante papillas lo más homogéneas posibles

Las primeras comidas serán un verdadero desastre, pues el bebé aun no comprende que debe abrir la boca y deglutir, sin embargo, en un par de días se adaptan a la ingesta de los semisólidos y comienzan a pedir más o reciben ansiosos las papillas. Pero es importante no alterarse en un principio ni preocuparse si "no come" y tira más de lo que traga, ya que así es el proceso de aprendizaje.

Se comienza ofreciendo papillas lo más homogéneas posibles, de verduras y frutas, pero sólo de un alimento por vez y en mi experiencia y conocimiento, siempre es mejor comenzar con las verduras y después incorporar las frutas que tienen sabor más dulce y que de seguro serán aceptadas.

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Podemos escoger entre calabaza, calabacín, zanahoria, judías, guisantes, patata, batata, brócoli, y muchas otras hortalizas excepto aquellas con más nitratos como las acelgas, espinacas, remolacha y nabo que las dejaremos para los 12 meses o más.

De las frutas, todas pueden ser incluidas, teniendo en cuenta que las fresas y bayas en general son difícil de higienizar bien y por ello, podemos preferir su inclusión un poco después.

Una vez que incorporamos unas tres verduras podemos pasar a las frutas y después, iremos sumando poco a poco alimentos, siempre de a uno cuando se trate de un alimento nuevo porque eso nos permitirá conocer la tolerancia al mismo.

Por ejemplo, si patata y calabaza fueron bien aceptadas por separado, ya podremos mezclarlas en una papilla. Y poco a poco podemos sumar cereales varios: arroz, maíz, trigo u otros así como legumbres y carnes varias. Podemos incorporar aceite, preferentemente de oliva a las papillas y dejaremos para después de los 12 meses el huevo y la miel y para después de los tres años los frutos secos o semillas de gran tamaño que pueden atragantar al pequeño.

Los lácteos diferentes de la leche materna no son necesarios en la dieta infantil y los yogures pueden tener muchos azúcares añadidos, aunque es posible su incorporación después de los siete meses de edad.

En el siguiente calendario orientativo de la guía de alimentación complementaria de la Generalitat de Catalunya puedes tener pautas de cómo ir sumando alimentos:

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Consejos que pueden ser de utilidad

Como he dicho, parece muy fácil pero cuando uno es madre por primera vez todo nos puede resultar más complejo de lo que imaginamos, por eso, algunos consejos que pueden servir son:

  • Dar de comer a demanda, en un principio es probable que el bebé se niegue, o pida leche cuando apenas le hemos dado un bocado, pero esto es normal y con el tiempo pasará y se creará la situación invertida, pues el bebé mismo irá dejando la ingesta de leche para incluir cada vez más variedad y cantidad de sólidos.
  • Deja que tu bebé te guíe no sólo en cuanto a la cantidad que desea consumir sino también respecto a lo que desea probar, ya que si bien seguiremos ofreciendo papillas, los niños pueden solicitar alimentos sólidos como pedazos de pan, de brócoli, de fruta y demás que como padres podemos ofrecer en gran tamaño para que ellos los puedan sujetar e ir chupando o desmenuzando. Esta alimentación complementaria guiada por el bebé es lo que se denomina Baby-led Weaning (BLW) y podemos ponerla en práctica aunque sea parcialmente para que los peques experimenten con sus manos y su boca nuevas texturas y sabores.
  • No obligues a comer ni fuerces el ingreso de alimentos a la boca pues ello sólo generará más tensión y experiencias negativas asociadas a la comida, por lo tanto, mejor dejamos que el niño decida si quiere o no seguir comiendo, pues obligar no sirve de nada sino que puede alterar la regulación natural de la cantidad que desean comer.


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  • No es recomendable agregar sal ni azúcar a las preparaciones para bebés, ya que para ellos los sabores son nuevos e intensos de por sí y las frutas les resultarán dulces así como las verduras saladas por el azúcar y sodio natural que contienen, respectivamente.
  • Siempre que sea posible debemos incorporar a la mesa familiar a los bebés, pudiendo elaborar comida apta para todos sobre todo, después de los nueve meses en que ya aceptan pasta de pequeño tamaño, arroz y verduras bien picadas o texturas más espesas como el puré. Pero compartir la mesa familiar aunque no coman lo mismo permite que los bebés aprendan por imitación como sujetar alimentos, masticar, tragar e incluso, comienzan a familiarizarse con el uso de utensilios.
  • La limpieza no será la mejor y no debes preocuparte, pues cuando el bebé comienza a comer y más aun cuando comienzan a querer tomar ellos mismos la comida suele producirse una dispersión de alimentos más allá de la mesa. Sin embargo, es parte del aprendizaje y aunque podemos indicar qué es y qué no correcto, es inevitable que se ensucien.
  • Siempre será mejor preparar los alimentos en casa, ya que los potitos, papillas comerciales y otros alimentos para bebés pueden tener mucha sal y azúcares añadidos.


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  • Debemos ofrecer agua, no zumos que pueden sumar azúcares innecesarios y no hidratan correctamente, entre comidas y durante las mismas para que los bebés logren una suficiente ingesta de líquidos.
  • Se recomienda no prohibir alimentos pero sí retrasar lo más posible la incorporación de dulces, chucherías, snacks comerciales y comidas elaboradas en la dieta de los niños, ya que no son de buena calidad ni promueven hábitos sanos en ellos.

Esto es alimentación complementaria y ya sabes cómo introducir alimentos en la dieta de los bebés para favorecer una alimentación de calidad y proteger su salud desde los primeros meses de vida.

Imagen | iStock

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