Cuando nos marcamos el objetivo de perder peso, generalmente recurrimos a la fórmula clásica teórica, y verdadera claro está, que consiste en contar calorías ingeridas y calorías gastadas, es decir, centrarnos en nuestro metabolismo basal con un déficit calórico a través de una dieta hipocalórica.
Por supuesto que esta ecuación funciona y es la base por excelencia para controlar nuestro peso. El problema de este asunto comienza cuando dejamos de seguir este cálculo y a pesar de "no volver a pasarnos", controlando más o menos lo que comemos, el efecto rebote indeseado aparece, echando a perder lo que hemos conseguido y en ocasiones aún más. Aprende a solucionar el efecto rebote.
Todo no se basa en el conteo de calorías
Encontrar el equilibrio perfecto para nuestro cuerpo y controlar las calorías que comemos y cómo las gastamos, con ayuda del ejercicio, es perfecto; pero si lo que buscamos es perder peso: o tenemos una voluntad de hierro para el resto de nuestros días o debemos entender el cuerpo humano y sus reguladores biológicos.
Como la primera opción considero que es más que complicada, creo que debemos optar por la segunda, que puede ser de gran ayuda para entender cómo se regula nuestro organismo y ayudarlo desde dentro a conseguir perder peso sin concluir en un efecto rebote.
De hecho, según estudios (estudio1, estudio2) el 90-95% de las personas que se ponen a dieta para conseguir bajar de peso, fracasa en su propósito o incluso acaba ganado más, así que creo que es un dato más que relevante para elegir una vía alternativa a la tradicional que nos aporte una información algo más útil para conseguirlo.
El mecanismo del hipotálamo
Estudios ha demostrado que dos personas que tienen una diferencia de consumo de 25000 calorías en apenas tres meses, tienen una disminución de peso prácticamente similar. ¿Cómo puede ser esto?
Si seguimos analizando, otras investigaciones han demostrado que siguiendo diferente alimentación, una persona que ingiere 300 calorías diarias más que otra (con similares necesidades y características físicas) consigue perder incluso más grasa que el sujeto con menor ingesta de calorías. De locos ¿verdad?
El cuerpo tiende a una regulación cuando se modifica la energía recibida o se alteran sus reservas de grasa
Solo vamos a conseguir entender estos datos si nos adentramos en nuestro propio metabolismo y en nuestros sistemas de regulación, es decir, en comprender qué está haciendo nuestro cuerpo para mantener el peso en estas personas que ingieren más calorías.
EL REGULADOR ENERGÉTICO
Esto sucede porque nuestro organismo tiene formas de regular el gasto energético de manera interna más allá de la práctica de ejercicio. Es aquí donde entra en juego el papel del hipotálamo: el gran regulador energético.
El hipotálamo se rige dentro de lo que él considera tu peso adecuado que, por supuesto, en la mayoría de los casos no va a coincidir de primeras con tu ideal porque sino...no habría problemas. Para ello, oscila dentro de un rango de grasa o energía disponible, lo que se conoce como punto de ajuste.
Si seguimos una dieta demasiada restringida en calorías, vamos a salirnos de ese punto de ajuste donde se mueve nuestro hipotálamo y las alarmas saltarán respondiendo con una fuerte resistencia, ya que el rango de regulación original se ve alterado, y sino conseguimos controlar esta variación es cuando aparecerá el temible efecto rebote.
Conexión leptina-hipotálamo
Dentro de este adipostato o sistema de regulación, entra en juego otro concepto, además del hipotálamo, del que ya hemos hablado en ocasiones, la leptina: hormona segregada por la grasa e indicadora para el hipotálamo de la cantidad de energía disponible en nuestro cuerpo.
Una parte del adipostato viene marcada genéticamente, pero la otra puede ser modificada.
La leptina podríamos decir que es la encargada de mandar la información y el hipotálamo de responder, de modo que si el informe de niveles de grasa enviado es muy bajo, la respuesta es el apetito y la consiguiente regulación del metabolismo para no gastar demasiada energía, es decir, se relentiza el mecanismo interno.
Por este motivo, cuando durante un período de dieta restringimos exageradamente nuestra ingesta de calorías, perdemos la sensibilidad a la leptina el cuerpo no asimila que tenemos suficiente energía porque no percibe sensación de saciedad (aunque sí que la tengamos y los niveles de grasa sean altos) y sigue pidiendo más y más, elevando el nuevo punto de ajuste en algunos "kilitos" más que van a pasar a ser el nuevo rango de grasa ideal en que se va a mover el gran regulador, el hipotálamo.
HA APARECIDO EL EFECTO REBOTE!
En la siguiente entrada
En el próximo post explicaremos cuáles son los motivos alimenticios por los que puede darse esta variación en el punto de ajuste que desemboca en el efecto rebote y cómo podemos alcanzar el equilibrio óptimo con el hipotálamo para conseguir evitarlo y llegar a nuestro objetivo de perder peso, pero esta vez desde dentro y sin efecto rebote!
Imágenes | iStockPhotos
Fuentes bibliográficas consultadas:
1.- Conferences and reviews | Human Obesity. Exploding the myths | Davis S.Weigle.MD | Oct 1990
2.- ncbi | Energy Intake in Weight-Reduced Humans | Michael Rosenbaum, Harry R. Kissileff, Laurel E.S. Mayer, Joy Hirsch, and Rudolph L. Leibel | Sep 2010
3.- ncbi | Overfeeding in identical twins: 5-year postoverfeeding results.| Physical Activity Sciences Laboratory, Laval University, Ste-Foy, Québec, Canada.| Aug 1996
4.- ncbi | Central regulation of energy balance: inputs, outputs and leptin resistance. |Clore Laboratory, University of Buckingham, UK. jon.arch@buckingham.ac.uk | Feb 2005
5.- ncbi | Is there evidence for a set point that regulates human body weight? | Müller MJ, Bosy-Westphal A, Heymsfield SB. | Aug 2010
En Vitónica | ¿Por qué se produce el efecto rebote?
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