Cómo ya nos tiene acostumbrados, Chicote acude una semana mas, de la mano de "¿Te lo vas a comer?" a visitar diferentes colectivos y grupos sociales con el fin de investigar la alimentación que reciben. Hace unas semanas Alberto Chicote ya acudió a los comedores de centros escolares de educación especial. Esta semana es el turno de los demás comedores escolares.
En este caso, analiza la alimentación que reciben nuestros pequeños en los colegios y si se están cubriendo sus necesidades nutricionales. Para abordar la cuestión de la nutrición infantil hemos hablado con Iria Quintáns, dietista-nutricionista del Centro de Nutrición Júlia Farré y especialista en nutrición infantil.
Una adecuada nutrición es especialmente importante en la infancia
Ni niños, ni adultos, ni adultos mayores nos libramos de la importancia que tiene una correcta nutrición en nuestra vida y en nuestra salud. En todos los casos es recomendable que nos preocupemos por seguir una nutrición y alimentación adecuada, sin embargo, durante la infancia este aspecto adquiere mayor relevancia si cabe.
Entre otras cosas, se debe a unas mayores necesidades nutricionales: "en la etapa preescolar y escolar, las necesidades nutricionales se ven aumentadas respecto al peso corporal del niño o niña y sus requerimientos energéticos, si lo comparamos con las de un adulto. No es de extrañar, puesto que el crecimiento físico va a ir aumentando desde los 2 años hasta la pubertad de manera constante".
Por ello, los alimentos que consuman tienen especial relevancia según la nutricionista: "es uno de los motivos por los que, en la edad infantil, lo recomendable sería que los alimentos que consuman no aporten calorías vacías, sino que sean de una alta densidad nutricional para cubrir esa demanda, necesaria para su normal crecimiento y desarrollo. "
En concreto, hay una serie de nutrientes cuya necesidad se ve aumentada durante esta etapa tal y como indica Iria Quintáns: "sería el caso de la vitamina C (frutas y verduras), vitamina E (frutos secos, aceite de oliva y frutas como el aguacate), calcio (lácteos y derivados, legumbres, frutos secos, brócoli y coles, bebidas vegetales enriquecidas, semillas de sésamo o pescados como la sardina), o hierro (carnes, pescados, huevo, cereales integrales, frutos secos y legumbres)".
La importancia para el futuro de lo que comen tanto en casa como en el colegio
Uno de los debates más habituales con respecto a la nutrición infantil y a lo que comen nuestros pequeños es si, realmente, es importante lo que coman en los comedores de sus colegios o lo único que importa es la alimentación que reciban en casa.
De hecho, se trata de uno de los argumentos que se esgrimen esta noche ante Chicote para defender la alimentación dada en el comedor, asegurando que la causa de la obesidad y dónde se aprende a comer mal es en los hogares. Sin embargo, para la experta en nutrición infantil, tanto escuela como hogar tienen relevancia en esto y en ambos ámbitos aprenden nuestros niños:
"El entorno tanto familiar como escolar puede influir en su comportamiento alimentario, de forma positiva o negativa. Y esto tener repercusiones en su estado nutricional" cuenta Iria: "la etapa escolar marca un antes y un después en algunos casos respecto a las preferencias alimentarias. No olvidemos que alimentarnos es también un acto social y cultural. Dejan de tener como únicos referentes a su entorno más cercano (familia), para empezar a observar el nuevo contexto que les rodea".
En esta etapa los niños establecen nuevos patrones de conducta alimentaria, aunque el hogar siga suponiendo una muy importante influencia en su alimentación: "sin embargo, el peso que tiene la alimentación de la familia, antes y durante la etapa escolar sigue siendo de una gran influencia".
La alimentación tiene que cubrir las necesidades nutricionales infantiles, pero también animarles a comer
La alimentación de los niños en edad escolar debería asegurarse de cubrir las necesidades nutricionales y calóricas que estos tienen: "tanto la energía que necesiten como el porcentaje de nutrientes dependerá en gran parte del peso, edad, sexo y actividad física de los niños y niñas" explica la nutricionista.
En cualquier caso, hay ciertas estimaciones: "de los 4 a los 6 años, con una actividad física moderada, se estima entre 1400-1600 kcal, aumentando de 7 a 10 años, de 1700 a 1900 kcal, aproximadamente." En cuanto al porcentaje nutricional Quintáns explica lo siguiente: "entre esos rangos de edad el % de carbohidratos es del 45-60%, y entre el 20 y 35 % de grasa total. El porcentaje restante correspondería a las necesidades de proteínas".
Pero el hecho de que su alimentación cubra o no las necesidades nutricionales no es lo único que importa al hablar de alimentación infantil: "hay algo que despierta en los niños las ganas de hacer algo: la curiosidad" asegura la nutricionista. Para ello nos anima a hacerlos protagonistas: "si potenciamos su interés por los alimentos, les dejamos ser protagonistas y asumir responsabilidades en la compra y preparación de las comidas y encima, nos tienen como ejemplo, ¡ya tenemos mucho camino andado!".
Para la experta el ejemplo que damos en casa es imprescindible: "siempre que sea posible, se debería potenciar en casa un ambiente alimentario adecuado y nutritivo, poniendo a su alcance alimentos saludables y que ellos vean que ese estilo de vida es también el nuestro. Además de no forzarles a comer, respetando sus propias sensaciones (hambre, apetito, saciedad). Dentro de una alimentación saludable también es muy importante ser conscientes de nuestra relación con la comida y lo que transmitimos (¿estoy siempre a dieta?, ¿me premio con comida?, ¿qué digo de mi aspecto físico?)".
En cuanto al papel del colegio y lo que deberíamos esperar del comedor escolar de nuestros hijos, Iria lo tiene claro: "el comedor escolar debería proporcionar una ingesta segura nutricionalmente, ofreciendo los diferentes grupos de alimentos frescos y de temporada, en la frecuencia adecuada".
El tipo de alimentos que elegimos es de gran relevancia: "asegurar que el agua sea la bebida durante las comidas y que preferentemente se cocine con aceite de oliva. Que predominen alimentos de origen vegetal por encima de alimentos de origen animal, ofrecer los cereales integrales, reducir al máximo la presencia de precocinados y de cocciones como fritos, así como limitar la presencia de carnes rojas y procesadas".
Pero no solo se trata de los alimentos elegidos, sino que hay otros aspectos a tener en cuenta: "también debería ser correcta sensorialmente, según las diferentes edades, y asegurar que se utilizan las medidas de seguridad alimentaria. A través del menú escolar se puede fomentar aspectos ambientales y sociales, como la sostenibilidad o la cultura gastronómica de cada zona".
Además, Quintáns hace referencia a la importancia de que atiendan y respeten las sensaciones de los niños y niñas: " ofreciendo además cantidades que respeten su sensación de hambre, sin coaccionar si se niega a comer (mejor servir poco y dar opción a repetir) y facilitando un tiempo razonable para poder disfrutar de un ambiente relajado".
Imágenes | La Sexta