En los últimos años se ha producido un claro incremento de personas que padecen diabetes. Según estudios, en nuestro país las cifras ya ascienden al 12% de la población, triplicándose el número de afectados con respecto a hace 30 años.
En concreto, la diabetes tipo 2 es una enfermedad fácilmente prevenible, pero por desgracia las directrices y recomendaciones oficiales en cuanto a nutrición parecen no frenar la epidemia de casos en la que nos hemos zambullido. Hoy analizamos los temores asociados en torno a la dieta baja en carbohidratos en pacientes con diabetes y seremos testigos de cómo estas pautas van adquiriendo mayor flexibilidad.
Diabetes tipo 1 y diabetes tipo 2
La diabetes en general, independientemente del tipo que se tenga, es una condición en la que la insulina no puede comunicarse correctamente con nuestras células. Atendiendo al tipo de diabetes que padezcamos, los motivos por los que se produce son claramente diferentes.
En el caso de la diabetes tipo 1, es el propio sistema inmunológico el responsable de destruir las células beta del páncreas responsables de sintetizar la insulina; mientras que en caso de la diabetes tipo 2, los receptores de las células se vuelven resistentes a los efectos de la propia insulina.
Independientemente del motivo que genere una u otra dolencia, en ambos casos el resultado se traduce en altos niveles de glucosa en sangre.
En el caso de la diabetes tipo 1, esta regulación de niveles se controla a través de inyecciones de insulina y dieta; mientras que en la diabetes de tipo 2 generalmente se recurre únicamente a la dieta y, a veces, a medicamentos de glucosa en sangre.
Últimas revisiones nutricionales de la ADA
Como vemos, el control alimenticio es fundamental independientemente del tipo de diabetes que se sufra, y aquí es donde surgen las dudas al respecto. Las directrices oficiales apuntan a una alimentación basada en carbohidratos (en torno al 50-60%), dieta que evidentemente dispara los niveles de glucosa en sangre. Para compensar el desajuste y recuperar niveles normales, importantísimo para evitar complicaciones de riesgo, se recurre a la inyección o medicación insulínica.
Y entonces ¿por qué seguimos una dieta que dispara lo que tratamos de evitar? Porque los sesgos oficiales alimenticios establecidos, consideran únicamente este tipo de dieta como equilibrada. ¿Por qué no tratamos de amoldar precisamente la dieta a nuestras necesidades?
Muy a pesar de las recomendaciones a seguir por parte de médicos y nutricionistas, parece ser que por fin las investigaciones están dando sus frutos y lo que antes se consideraba "una locura" ahora parece que está quedando demostrado: una dieta baja en carbohidratos puede ser útil y beneficiosa en personas diabéticas.
Así se posiciona la ADA (American Diabetes Association) en su última revisión científica., reconociendo las importantes lagunas existentes a día de hoy y dejando atrás antiguas creencias obsoletas al respecto.
Si atendemos a las pautas y recomendaciones nutricionales establecidas en esta última revisión de la ADA, queda claro que los patrones actuales a seguir van adquiriendo una índole mucho más flexible si lo comparamos con años atrás o con las recomendaciones que se siguen impartiendo por parte de endocrinos y nutricionistas a día de hoy.
Una dieta baja en carbohidratos además de ser considerada, se califica como útil y no dañina ni peligrosa, sin existir un porcentaje de CH ideal para el paciente diabético y considerándose en base a la evaluación personal metabólica individual.
Conclusiones
En esta primera revisión de la American Diabetes Association, vemos un carácter mucho más flexible en cuanto a las directrices y recomendaciones de carbohidratos establecidas a día de hoy en pacientes con diabetes.
En la siguiente entrada de esta miniserie iremos un poco más allá analizando, siempre a través de las evidencias científicas, cómo va a influir una dieta baja en CH y una cetogénica en ambos tipos de diabetes, y borraremos algunos de los mitos metabólicos responsables de eliminar esta alternativa dietética en pacientes diabéticos: ¿se alimenta únicamente de glucosa nuestro cerebro?, ¿es por este motivo tan importante alimentarnos con HC en estos términos?
Compararemos las directrices médicas actuales con las evidencias científicas que han ido surgiendo en los últimos tiempos: ¿estamos ante un fracaso en el enfoque actual?
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Imágenes | iStockPhotos, American Diabetes Association
Fuentes bibliográficas consultadas:
1.- Nutrition org | Systematic review and meta-analysis of different dietary approaches to the management of type 2 diabetes | From the Department of Diabetes and Endocrinology, Peninsula College of Medicine and Dentistry, Plymouth, United Kingdom. | 2013 American Society for Nutrition
2.- ncbi | A Randomized Pilot Trial of a Moderate Carbohydrate Diet Compared to a Very Low Carbohydrate Diet in Overweight or Obese Individuals with Type 2 Diabetes Mellitus or Prediabetes | Laura R. Saslow,1,* Sarah Kim,1 Jennifer J. Daubenmier,1 Judith T. Moskowitz,1 Stephen D. Phinney,2 Veronica Goldman,1 Elizabeth J. Murphy,1 Rachel M. Cox,3 Patricia Moran,1 and Fredrick M. Hecht1 | 2014; 9(4): e91027.
3.- American Diabetes Association |The Effects of a Mediterranean Diet on Need for Diabetes Drugs and Remission of Newly Diagnosed Type 2 Diabetes: Follow-up of a Randomized Trial |Katherine Esposito, Maria Ida Maiorino, Michela Petrizzo, Giuseppe Bellastella, Dario Giugliano | Diabetes Care 2014 Apr
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