Las dietas milagro nos han ido invadiendo poco a poco y ahora, cada vez que escuchamos la palabra "dieta" esperamos que se trate de alguna pauta alimentaria para perder peso. Sin embargo, la realidad es que, en muchos casos, las dietas no sirven para perder peso, sino que se tratan de protocolos de alimentación específicos para solucionar algunos problemas de salud.
Ese es el caso de la "Dieta sin residuos" o dieta baja en residuos de la que es posible que hayas escuchado hablar. Esta dieta consiste en un protocolo de alimentación muy específico dirigido únicamente a aquellas personas que están padeciendo un brote de Crohn, de intestino irritable, etc.
Qué es la dieta baja en residuos
Lo más habitual en la población general y saludable es que se nos recomiende seguir una dieta que sea rica en fibras, de manera que mantengamos nuestra salud intestinal, acudamos al baño con regularidad y evitemos sentirnos hinchados.
Sin embargo, las personas que padecen enfermedades como la enfermedad de Crohn, diverticulitis, intestino irritable, problemas de colitis ulcerosas, suelen padecer síntomas que involucran diarreas, demasiados gases, mucha inflamación, etc. Especialmente graves son estos síntomas cuando están padeciendo un brote.
Es por ello que estas personas pueden verse beneficiadas, en esos momentos, de seguir una dieta baja en residuos. Es decir, se trataría de comer alimentos que contengan pocas o muy pocas cantidades de fibra, de manera que se ralentice un poco el movimiento intestinal y se reduzcan los síntomas que les están afectando.
Una dieta puntual pautada por médicos
Se trata por tanto, de un protocolo de alimentación puntual que los médicos pueden recomendar a las personas que estén pasando por uno de estos brotes, con el fin de mitigar los síntomas. En algunos casos, la duración de esta dieta dependerá de la persistencia de los síntomas en la persona afectada, pero será siempre el médico quien nos indicará los plazos.
En ocasiones, si nos sometemos a algún tipo de cirugía intestinal, como una colostomía o ileostomía, es posible que nuestro médico nos recomiende, también de manera puntual, seguir este tipo de alimentación.
En el caso de las personas saludables, sin ningún tipo de enfermedad que afecte a la salud intestinal, seguir un tipo de dieta así, con la fibra muy restringida, puede conllevar serios problemas de estreñimiento. Debemos recordar que este tipo de dieta solo la realizarán aquellas personas a las que su médico o nutricionista se la haya recomendado y únicamente durante el tiempo pautado por ellos.
Cómo se hace la dieta baja en residuos
La pauta principal de esta dieta es eliminar los alimentos que más fibra nos puedan aportar, de manera que reduzcamos el movimiento intestinal y se pueda mitigar la diarrea y los gases. Por ello, hay algunos alimentos que no se pueden consumir.
Alimentos a evitar en una dieta sin residuos
Las legumbres, los cereales de granos enteros, la mayoría de verduras crudas, las verduras y frutas con cáscara, las nueces y las semillas y los nervios de las carnes son algunos de los alimentos que en mayor medida tendrán que evitar las personas que siguen esta dieta.
En cualquier caso, otros alimentos como los lácteos que contienen semillas y frutos secos, los panes, galletas o cereales integrales, las frutas enlatadas, las carnes frías o muy procesadas como las salchichas y los alimentos picantes también es recomendable evitarlos.
También será recomendable evitar las frituras, los condimentos, y la cafeína y consumo de alcohol. Además, se evitarán los azúcares y grasas añadidas.
Alimentos que se pueden consumir en una dieta sin residuos
- Lácteos: se pueden consumir hasta dos tazas de productos lácteos blandos, lo que incluye el yogur, la leche y los quesos blandos.
- Verduras: en general las verduras crudas hay que evitarlas, pero se puede consumir lechuga, pepino y calabacín. Además, cocinadas podemos comer espinacas, calabaza, patatas, berenjena, zanahorias, remolacha y espárragos.
- Frutas: en general hay que evitar las frutas crudas, pero podemos comer albaricoques, melón, sandía, melocotones y ciruelas.
- Panes: en el caso de los panes se pueden consumir panes blancos y arroces y otros productos que tengan muy, muy, poca fibra. Ni siquiera añadida.
- Carnes y pescados: se pueden consumir carnes cocidas, pescado, carne que provenga de aves, huevos, y carnes blancas.
En cualquier caso, estas indicaciones son generales y orientativas, pero será nuestro médico o nutricionista quien nos indique exactamente qué podemos comer si necesitamos seguir esta dieta. Durante cuánto tiempo y en qué cantidades.
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