Si hay algo que caracteriza la alimentación de nuestra sociedad actual es el hecho de sufrir grandes índices de obesidad por mala alimentación, malnutrición - que no desnutrición - asociada al consumo de alimentos ultraprocesados y azúcares y una vida llena de dietas motivadas por la imagen corporal y no la salud.
En este contexto, ya os hemos hablado varias veces de la alta prevalencia de las dietas milagro y su efecto negativo en nuestra salud y nuestro peso. Derivado de estas dietas aparece lo que se conoce como efecto rebote que nos hace ganar, en cuanto dejamos la dieta, tanto o más peso como hemos perdido con ella.
¿Resultado? Volvemos de nuevo a tener que ponernos a dieta y, así, entramos en un ciclo, sin fin , en el que nuestro cuerpo e hipotálamos empiezan a perder la sensibilidad a la leptina, no recibe la señal de saciedad ni la de tener suficiente grasa y altera nuestro punto de ajuste, elevándolo un poco. Un poco cada vez que empezamos con una nueva dieta.
Ahora una nueva investigación viene a encontrar un nuevo problema a las dietas yo-yo y a reafirmar los que ya conocíamos. Así, el equipo de Andrea P. Rossi ha encontrado que la realización de dietas yo-yo en adultos, provocando grandes cambios de peso de manera habitual, es un factor de riesgo para la pérdida de masa muscular y un riesgo seis veces superior de llegar a padecer sarcopenia.
Esto se debe, según indican, a que al perder peso perderían grasa y músculo, pero al recuperarlo solo lo harían en forma de grasa. Por lo que, al final, se generaría un cambio importante en la composición corporal en la que cada vez se tendría más grasa y menos músculo.
En cualquier caso, debemos tener en cuenta que se trata de una investigación preliminar, con una muestra pequeña y con el que no se puede establecer causa-efecto. Sin embargo, sí que abre una interesante vía de investigación y nos pone en alerta, especialmente en el caso de las personas más vulnerables a las dietas yo-yo, como aquellas que padecen obesidad.
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