En ámbitos de nutrición y entrenamiento, por desgracia, existen múltiples mitos que a lo largo de los artículos intentamos aclarar, desmitificar o confirmar su veracidad si en vez de ser mitos son afirmaciones que realmente tienen una base científica y real al respecto.
Sin embargo, en términos de nutrición podemos encontrarnos con algo muy peligroso si solo analizamos la consecución de un objetivo que muchos desean en la sociedad, y en este caso es el perder grasa corporal utilizando el famoso "a mí me funciona". Que una estrategia nutricional funcione para perder peso, no quiere decir que sea saludable y tampoco garantiza que ese peso sea principalmente grasa.
Perder peso no quiere decir perder grasa
Muchas personas piensan que perder peso es sinónimo de perder grasa, y no es exactamente así, de hecho, existen casos en los que inicialmente se puede aumentar el peso corporal, mientras se pierde grasa, aunque a largo plazo se perderá peso si se pierde grasa.
Aunque el peso corporal sea una variable importante a tener en cuenta cuando buscamos perder grasa, también debemos tener en cuenta otras variables, en concreto las distintas medidas corporales y las más utilizadas son las medidas del cuello, la cadera y la cintura, con estas medidas será más que suficiente.
En cuanto a la diferencia entre perder peso y grasa, voy a poner un ejemplo en el que una pérdida de peso no implica pérdida de grasa y viceversa:
Caso 1, pérdida de grasa con aumento de peso: suponemos que una persona realiza una dieta hipocalórica correctamente durante 10 días, pero el noveno día realiza una cena alta en carbohidratos, no reducida en sal y además bebe dos litros de agua. Es posible que esta persona haya incrementado su peso corporal y sin embargo ha perdido grasa durante esos 10 días.
Caso 2, pérdida de peso, con aumento de grasa: se puede dar el caso de una persona que durante 10 días ingiere más kilocalorías de las que gasta, sin embargo, justo el día antes de pesarse, ingiere una menor cantidad de carbohidratos, y además toma bastantes verduras, lo que provoca una diuresis natural y si no ingiere más agua, pesará menos, y sin embargo habrá aumentado su porcentaje graso.
Con estos dos casos quiero aclarar que el peso no es una medida determinante, y que si realizamos una dieta que provoca diuresis natural por los alimentos que ingerimos, es muy fácil perder varios Kg de peso corporal en pocos días, pero no implica que hayamos perdido grasa corporal.
Cómo se crean los mitos
Como indicaba en el párrafo introductorio, existe el frecuente "a mí me funciona", sin embargo, esto no quiere decir que el método utilizado para conseguir un objetivo, en este caso adelgazar, sea el idóneo. Es muy fácil llegar a conclusiones erróneas.
Distintos mitos que surgen y que son totalmente erróneos en las distintas dietas:
- Si no como pan, adelgazo, así que el pan engorda: pensar que la culpa de nuestros males la tiene un único alimento o macronutriente. Es cierto que muchas personas abusan del pan, pero no solo de este, sino que a lo largo del día, ingieren una cantidad excesiva de fuente de carbohidratos (pan, pasta, arroz, avena) y da la casualidad de que, si reducen la ingesta de pan, justamente reducen las calorías y los gramos de carbohidrato necesarios para generar un déficit calórico en su dieta, lo que provoca que, quitando este alimento adelgacen. Pero el problema no es el pan, sino el exceso calórico y el exceso de un macronutriente en particular en la dieta.
- Si no como carbohidratos a partir de X hora adelgazo: esto es uno de los mitos más extendidos, y el ejemplo es claro: si una persona desayuna, come, merienda y cena, añadiendo en todas sus comidas un exceso de carbohidratos, pero en la merienda y la cena no ingiere nada, es posible que esa cantidad que reduce sea suficiente para generar un déficit calórico y lógicamente perder grasa. Sin embargo, si esa reducción por ejemplo la aplicase en todas las comidas del día, salvo en la merienda y la cena, ingiriendo carbohidratos por la tarde seguiría perdiendo grasa.
En ambos casos, el problema a la hora de reducir la grasa corporal era un exceso calórico, pero el culpable de ello no era un único alimento o la ingesta de ciertos alimentos a partir de una hora concreta, el culpable era el conjunto de la dieta diaria, de todos los alimentos que se ingieren durante el día.
Restricción excesiva de alimentos, efecto rebote y salud
Por otra parte, la mayoría de las dietas milagro que hemos ido destapando en vitónica, suelen tener bastantes carencias nutricionales. Las dietas más extendidas son las que están basadas en el consumo de vegetales y proteínas, restringiendo casi al completo cualquier fuente de carbohidratos e incluso de grasas.
De los tres macronutrientes que existen, proteínas, carbohidratos y grasas, hay dos que son fundamentales para vivir y cumplir todas nuestras funciones vitales correctamente, que son las proteínas y las grasas. Sin grasas, tendríamos distintos problemas a nivel hormonal, no podríamos metabolizar las vitaminas liposolubles y en definitiva, tendríamos más facilidad de enfermar.
Por otra parte, sin proteínas también tendríamos problemas a nivel interno, pero sobre todo, a nivel muscular, ya que tendríamos facilidad de padecer lo que se conoce como sarcopenia, al encontrarnos en un déficit calórico y un déficit de proteínas que provocaría la destrucción muscular.
Aún así, una dieta sana y equilibrada debe contener los tres macronutrientes, aunque es cierto que en la sociedad actual se suele abusar de los carbohidratos, no son ni mucho menos el único y principal problema a la hora de perder grasa.
No hay que olvidar que cualquier dieta que nos haga estar en déficit calórico, conseguirá que perdamos peso, sin embargo, ello no implica que lo estemos haciendo de forma saludable.
Os recomendamos que leáis los artículos que realizamos aquí sobre cómo calcular una dieta personalizada en base a distintos objetivos, y en el caso de no tener conocimientos suficientes para ello, mejor contactar con un profesional del sector que pueda ayudarnos a planificar una dieta personalizada.
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