La dieta paleo es una dieta que pretende semejar en la actualidad, la alimentación que se lleva en el paleolítico. Así, se intenta reducir alimentos procesados, cereales refinados y azúcares simples y se prioriza el consumo de alimentos integrales tales como frutas, verduras, frutos secos, semillas, tubérculos y carnes, por supuesto.
La dieta ha cambiado mucho desde el paleolítico a la actualidad y esa es una de las causas de los muchos problemas de salud que acechan a la población de hoy en día. Por ello, la dieta paleo podría contribuir a prevenir o revertir enfermedades, sin embargo, ¿es la dieta paleo beneficiosa para la salud? Te contamos lo que la ciencia dice al respecto.
Los efectos de la dieta paleo en nuestro cuerpo
Diferentes estudios han analizado los efectos de la dieta paleo sobre nuestro cuerpo con el objetivo de determinar si su práctica proporciona beneficios para la salud del organismo o no conlleva ventaja alguna.
Un estudio publicado en International Journal of Exercise Science analizó el impacto de una dieta paleo ad libitum durante 10 semanas en adultos sanos de ambos sexos y concluyó que su práctica conlleva incrementos en lípidos en sangre que podrían perjudicar la salud pero también, se observaron cambios positivos en la composición corporal como reducción de peso y grasa corporal.
Debemos aclarar que la dieta paleo como tal no debería desarrollarse "ad libitum" como en este estudio, pues claramente nuestros antepasados consumían mayor proporción de alimentos recolectados como frutos, vegetales, semillas y nueces y menor proporción de carnes de caza que por supuesto, eran más difíciles de conseguir. Esto podría modificar los resultados de este estudio.
Por otro lado, una investigación realizada por científicos estadounidenses comprobó que la dieta paleo (a base de carnes magras, frutas, vegetales y frutos secos) mejoró lípidos en sangre y el control de la glucosa en personas con diabetes tipo 2 en mayor medida que una dieta basada en recomendaciones de la Asociación Americana de Diabetes que incluye cereales integrales, lácteos desnatados, legumbres y bajo contenido en sodio.
Similares resultados se encontraron en adultos sanos no obesos ni diabéticos en el año 2009, donde la dieta paleo mejoró el control de la glucosa y la sensibilidad a la insulina, disminuyó la presión arterial como consecuencia de una mejor elasticidad de las arterias y mejoró lípidos en sangre, aun sin modificar el peso corporal. Se concluyó que aun a corto plazo una dieta semejante a la del paleolítico puede beneficiar la salud al mejorar parámetros metabólicos varios.
En definitiva, la dieta paleo adecuadamente aplicada puede brindar diversos beneficios a la salud y si se planifica correctamente también puede ser una herramienta para perder peso. No obstante, como señala una revisión de este año sobre la evidencia acerca de la dieta paleo, es preciso revisar la ingesta de calcio, sobre todo en personas vulnerables a la osteoporosis.
Concluyendo, la dieta paleo con cantidades adecuadas de los diferentes alimentos que protagonizan la misma y planificada acorde a las necesidades y objetivos de cada persona resulta beneficiosa para la salud y puede permitir mejoras aun sin cambios en el peso corporal.
Igualmente, no debemos olvidar que dieta sola no siempre es suficiente sino que para obtener mejoras en nuestra salud además de cambios en la alimentación es importante controlar otros hábitos de vida.
Bibliografía consultada | International Journal of Exercise Science 7(2) : 128-139, 2014; European Journal of Clinical Nutrition (2015) 69, 944–948; doi:10.1038/ejcn.2015.39; published online 1 April 2015; European Journal of Clinical Nutrition (2009) 63, 947–955; doi:10.1038/ejcn.2009.4; published online 11 February 2009; y Australian Family Physician, Volume 45 Issue 1, Jan/Feb 2016.
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