Hace un tiempo atrás os mostrábamos cómo las redes sociales pueden herirnos cuando se trata de juzgar nuestro cuerpo, debido en parte, a la alta exposición física que hay en las mismas, pero ahora, un estudio realizado con mujeres universitarias se pregunta si el uso de Faceebok puede conducir a las adolescentes a iniciar dietas peligrosas.
La investigación, realizada con 128 mujeres universitarias, ha demostrado que aquellas jóvenes que mayor conexión emocional tienen con la red social (tienen mayor cantidad de amigos, pasan mucho tiempo en Facebook) y que comparan sus cuerpos con el de sus amistades, tienen mayor riesgo de desarrollar conductas peligrosas como dietas estrictas a causa de una mala imagen corporal.
Es decir, el comparar su cuerpo con el de otras personas cuyas fotos se exponen en Facebook puede tener un vínculo con un mayor riesgo de desarrollar desordenes alimenticios, distorsión de la imagen corporal y sus consecuencias, tales como la adopción de dietas peligrosas.
Sin embargo, si ésta conducta de comparación no estaba presente, la red social no influía en absoluto en su conducta alimentaria, por lo tanto, no es Facebook ni ninguna otra red social la responsable del desarrollo de trastornos alimentarios, sino más bien, la conducta personal de comparación física con otros y el juicio social hacia nuestra apariencia física.
Aunque las redes sociales pueden facilitar la comparación y como hemos mostrado, pueden exponer en mayor medida nuestra apariencia física en sociedad y de esa forma, es más probable que seamos juzgados por nuestro cuerpo, es nuestra cabeza la que debe aislarse de este tipo de cosas si no queremos ser víctimas de la tan fuerte y nociva presión social que hoy existe por tener un "cuerpo perfecto" que sabemos muy bien, no existe, pues los parámetros de belleza cambian de una persona a otra.
Y tú, ¿crees que Facebook u otra red social puede conducirnos a iniciar dietas peligrosas?
Vía | Journal of Adolescent Health, August 2015, Volume 57, Issue 2, Pages 157–163
En Vitónica | La sociedad y las redes sociales pueden herirnos cuando se trata de juzgar nuestro cuerpo
Imagen | iStock
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