Actualmente estoy leyendo un libro sobre nutrición que os recomiendo a todos: Lo que dice la ciencia para adelgazar de forma sana y saludable, de L. Jiménez (podéis ver dónde encontrarlo aquí), y en uno de sus capítulos se hace referencia a la pirámide nutricional y cómo ha cambiado a lo largo del tiempo. Hoy os hablamos de cómo surgió y cómo ha evolucionado para poder comprenderla mejor.
Y es que las recomendaciones nutricionales que se dan desde los organismos oficiales no han sido siempre iguales, sino que han sufrido cambios a lo largo de los años. Sobre estos cambios han influido varios factores: avances en la investigación científica, sí, pero también qué alimentos estaban disponibles para el público en un determinado momento. Os mostramos las diferentes pirámides nutricionales y vosotros opináis: ¿son adecuadas? ¿qué camabiarías?
El origen: los "alimentos básicos" de los suecos
Las primeras recomendaciones nutricionales vinieron de la administración sueca en la década de los 70, cuando los precios de la comida subieron mucho de forma inesperada. Frente a esta subida se creó una pirámide con los alimentos baratos y básicos en la base (accesibles al público), como leche, queso, margarina, pan, cereales y patatas. El segundo escalón estaba formado por frutas y verduras, que actuaban como complemento a las comidas principales. En el tercer y último escalón de la pirámide se encontraban la carne, el pescado y los huevos.
Como veis, esta organización se acomodaba más a la capacidad adquisitiva de la población que a cualquier tipo de estudio científico. En épocas de escasez algunos alimentos como cereales o patatas funcionan extremadamente bien para la economía, ya que su producción y oferta es más barata que los alimentos de origen animal.
La pirámide más conocida, creada por USA en 1992
Veinte años después, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos creó la pirámide que todos conocemos y que estamos tan acostumbrados a ver (la que encabeza este post). Sabiendo quién la diseñó, no es de extrañar que en la base se encuentren el grupo de los cereales, panes, pastas y arroz, con un consumo recomendado de 6 a 8 porciones.
El segundo escalón de la pirámide lo ocupan las frutas y verduras, de las que deberíamos aportar de 3 a 5 y de 2 a 4 porciones diarias respectivamente. Un escalón más arriba se encuentran los lácteos (han pasado de la base de la pirámide al tercer escalón en 20 años) y las carnes, pescados y legumbres, con 2 o 3 raciones recomendadas por día.
En la cúspide de la pirámide encontramos las tan criticadas grasas y el azúcar (ambos añadidos artificialmente a los alimentos), aunque también hay pequeñas porciones repartidas por los otros escalones.
En 2005 esta pirámide se actualizó, aunque sólo de forma estética, a MyPiramid: cambiaron los escalones por barras verticales que quedaban más coloridas pero no facilitaban la comprensión de la misma.
La opción actual: MyPlate desde 2011
Hoy en día contamos con la curiosa MyPlate para orientarnos en las comidas. El cambio más radical es que MyPlate nos indica visualmente qué cantidad de cada grupo de alimentos deberíamos incluir en nuestras comidas, mientras que la pirámide nos indicaba cuántas raciones consumir por día. Quizás MyPlate sea una opción demasiado simplificada y que olvida algunos grupos importantes.
Otras opciones: la pirámide de la alimentación saludable de Harvard
Mucho más completa es la Healthy Eating Pyramid desarrollada por el departamento de salud pública de Harvard. En esta pirámide se diferencia entre grasas saturadas e insaturadas, entre carbohidratos refinados e integrales... En definitiva, contiene mucha más información que las precedentes.
Recomienda el uso de suplementos vitamínicos para la mayoría de la población e incluye el consumo moderado de alcohol. Por fin, el ejercicio físico aparece en la base de la pirámide.
Ahora os toca a vosotros: ¿cómo sería vuestra pirámide nutricional ideal?
Imágenes | Wikipedia En Vitónica | Un plato en reemplazo de la tradicional pirámide alimentaria
Ver 7 comentarios