Cuando tenemos un evento o simplemente queremos recrearnos con familiares o amigos, muchas veces optamos por comer fuera de casa, donde la calidad y la cantidad de la comida suele variar respecto a lo que ingerimos habitualmente. Sin embargo, para que comer fuera de casa no sea un problema a nuestra dieta podemos escoger preparaciones simples, es decir, comidas no demasiado elaboradas.
El consejo de elegir preparaciones simples nos ayudará a identificar lo que estamos comiendo, pues cuando los platos son muy elaborados, con rellenos, salsas y demás, corremos más riesgo de estar consumiendo grasas, azúcares y sal sin darnos cuenta, en cambio una preparación sencilla como un pescado grillado con vegetales frescos es muy fácil de identificar y no se puede enmascarar con saborizantes, grasas y demás.
Ejemplos de preparaciones complejas serían pastas rellenas, salsas sofisticadas, carnes con diferentes estilos que añaden salsas, cubiertas y rellenos, platos que combinan variados ingredientes procesados, por ejemplo: pasteles.
En este tipo de comidas se puede pasar por alto la presencia de productos muy grasos como natas, quesos, mayonesas, salsas y demás, en cambio, en platos simples como unos espaguetis con salsa de tomate, pollo grillado, pescados a la plancha, ensaladas, patatas naturales u otros, es muy difícil que se añadan ingredientes grasos o azucarados sin que el consumidor los perciba.
Uno de los problemas más importantes cuando comemos fuera de casa es que generalmente los platos son más calóricos y grasos que los elaborados en casa, debido precisamente a ingredientes ocultos que saborizan pero agregan muchas calorías y nutrientes indeseados. Por eso, eligiendo preparaciones simples podemos reducir grandemente este factor y comer saludable fuera de casa.
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Imagen | Diekatrin
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