Tener intolerancia a la lactosa no significa eliminar todos los lácteos de la dieta

Tener intolerancia a la lactosa no significa eliminar todos los lácteos de la dieta
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La intolerancia a la lactosa es la incapacidad del intestino para digerir este azúcar presente en la leche y derivados, por lo tanto, ante su presencia, se suelen limitar alimentos específicos en la dieta para reducir los síntomas más frecuentes. Sin embargo, tener intolerancia a la lactosa no significa eliminar todos los lácteos de la dieta.

Es decir, si nuestro intestino delgado no digiere la lactosa, debemos reducirla en la dieta pero no es necesario dejar de consumir todos los lácteos, pues en algunos de ellos este azúcar casi no está presente y el organismo puede tolerarlos perfectamente.

Si bien hay personas más sensibles a la ingesta de lactosa que otras, por regla general se suele recomendar la ausencia de leche en la dieta y reemplazar la misma por leche sin lactosa (deslactosada), o leches vegetales como las de soja, avena u otras, que no contienen este azúcar.

Los yogures, por atravesar un proceso de fermentación, tienen menor cantidad de lactosa en su composición y pueden ser bien tolerados por las personas menos sensibles a la ingesta del azúcar.

Pero si eres de los que tiene un alto grado de intolerancia a la lactosa y ante la ingesta de yogur inmediatamente sufres dolor abdominal, cólicos y flatulencia, te recomendamos incluir quesos en la dieta. Aunque no todos los quesos son válidos, sino que a mayor grado de maduración o a mayor dureza del queso, menos concentración de lactosa tendrá.

Concretamente, podemos observar en la información nutricional de cada queso el contenido en azúcares, y si éste es inferior a 0,5 gramos por cada 100 gramos de alimento, es un queso con muy bajo contenido en lactosa que seguramente será bien recibido por el organismo.

Por ejemplo, un queso curado tiene en promedio un 0,5% de lactosa, mientras que un queso fresco supera los 2 gramos de azúcar por cada 100 gramos.

Así, los quesos curados son los más recomendables en quienes tienen un alto grado de intolerancia a la lactosa, mientras que para los menos sensibles a la ingesta de este azúcar, recomendamos probar la inclusión de yogur y por supuesto, la incorporación de quesos en su dieta habitual.

Si elimináramos todos los lácteos de la dieta, ante la ingesta de una pequeña cantidad de lactosa los síntomas serían más severos, mientras que su inclusión con moderación puede ser bien recibida, aun en personas con intolerancia a la lactosa.

Recuerda, tener intolerancia a la lactosa no significa eliminar todos los lácteos de la dieta, sino que los quesos y el yogur pueden ser buenas opciones para consumir a diario, dependiendo de la sensibilidad de cada organismo al consumo del azúcar.

En Vitónica | Leche, ¿con o sin lactosa? En Vitónica | La alergia a la leche y la intolerancia a la lactosa Imagen | Thinkstock

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