Con cada dieta semanal, procuramos daros consejos prácticos y pequeños trucos para mejorar vuestra alimentación. Si la semana pasada Gabriela nos aconsejaba evitar los snacks comerciales, hoy os vamos a enseñar cómo introducir frutos secos en la dieta.
Los beneficios de los frutos secos en la dieta
Los frutos secos son excelentes para añadir vitaminas, minerales, proteínas y grasas saludables. Son ricos en Vitamina E, un potente antioxidante, con lo que los deportistas no pueden descuidar su consumo en la dieta. El perfil graso de los frutos secos es muy sano, primando los ácidos grasos insaturados. Eso sí, mejor si evitamos los frutos secos procesados, como los fritos en aceite o a los que se les añaden ingredientes tales como harinas.
Como veis en la dieta, cada día hemos metido en diferentes comidas un fruto seco. Como en todos los grupos de alimentos, es importante dar variedad y no comer siempre los mismos, así la gama de micronutrientes que cubriremos será más amplia.
La densidad energética de los frutos secos es alta, es decir, tienen muchas calorías por ración. Esto, que al principio puede dar a pensar que son alimentos malos para dietas de adelgazamiento, no va a suponer un problema si cuidamos la cantidad que comemos al día. Normalmente podemos considerar una ración de frutos secos más o menos la canidad que cabe en un puñado.
En la dieta puedes ver diferentes platos cocinados con carne o pescado. Si no sabes cómo hacerlos o si prefieres cocinarlos de otro modo, os aconsejamos que os deis una vuelta por Directoalpaladar, allí vas a encontrar infinidad de recetas.
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