Aunque ha llegado el otoño el tiempo se resite a cambiar y todavía tenemos temperaturas muy veraniegas. Puede ser por eso que todavía nosotros nos resistimos a cambiar la alimentación y siguen apeteciendo fruta fresca y sopas frías en lugar de calientes. Hoy en la dieta semanal seguimos teniendo mucha fruta y preparaciones de entretiempo.
La importancia del desayuno en la dieta
Mucha gente suele preguntar cómo es posible que algunos comamos tanto en el desayuno, que recién levantados a ellos no les cabe nada. Como todo en relación al cuerpo es cuestión de acostumbrarse, de crear una rutina en la que el cuerpo nos pida energía nada más levantarnos, y desde luego el desayuno es la mejor comida del día para tener hambre.
Para los expertos el desayuno debe suponer el 25-30% de la ingesta calórica total diaria, algo que está muy lejos de lo que la gente suele desayunar, ya que de media ese 25-30% supone en torno a las 500-700 kcal, más si somos deportistas. Nos podemos imaginar que con un vaso de leche y galletas es difícil alcanzar esas calorías.
En un buen desayuno no deben faltar los lácteos, hidratos de carbono en forma de pan, cereales o galletas, fruta, proteínas con alimentos poco grasos y si optamos por grasas mejor en forma de aceite de oliva. Es típico levantarse con un café con leche, tostada y un zumo de naranja, sin duda un desayuno muy completo y equilibrado, aunque también hay otras opciones.