Las heridas y llagas que nos salen en la boca no suelen ser un problema de salud alarmante, pero sí pueden ser dolorosas y molestas. Además, no todas son iguales y conviene diferenciarlas para saber cómo tratarlas. En este artículo te explicamos qué son las aftas, cómo reconocerlas, cómo tratarlas y cómo distinguirlas de otras lesiones bucales.
Qué es un afta
Un afta es una pequeña úlcera que puede aparecer en el interior de los carrillos o los labios, en la lengua, el paladar o las encías. Su aspecto es el de un círculo rojizo e inflamado con un centro de color blancuzco o amarillento. Suelen ser dolorosas.
Causas de los aftas
Hay distintos motivos por los que podemos sufrir un afta.
-Mecánicos: un mordisco, el roce de un aparato dental, una limpieza dental demasiado agresiva...
-Víricos: un afta puede ser una manifestación de la infección de distintos virus. No se llama afta cuando es resultado del virus del herpes, que da lugar a heridas un poco diferentes (luego explicaremos esas diferencias).
-Alteraciones del sistema inmunitario, como algunas alergias alimentarias, pueden dar como resultado la aparición de aftas.
-El uso de algunos fármacos también puede provocar estas heridas en la boca.
Algunas aftas son de origen desconocido.
Además de estas causas, hay algunas situaciones que hacen que las personas estén más predispuestas a sufrirlas. Por ejemplo, una bajada de defensas a consecuencia del estrés, una falta de algunos minerales o vitaminas, como el hierro o la B12 o cambios hormonales como el embarazo o la menopausia.
Cómo tratar un afta
En la mayoría de los casos los aftas no precisan de un tratamiento concreto, sino que evolucionan y suelen desaparecer en un par de semanas (el dolor dura solo los primeros días).
Sí que se pueden hacer algunas cosas para favorecer su cura y evitar que duelan más de lo necesario. Por ejemplo, hacer enjuagues con agua y un poquito de sal pueden ayudar a que se curen antes, y evitar los alimentos muy calientes y muy ácidos (cítricos y vinagre, por ejemplo) puede evitarte escozores innecesarios.
¿En qué se diferencian los aftas de los herpes?
Un herpes y un afta no son el mismo tipo de herida. Diferenciarlas es importante para tratarlos adecuadamente.
Para empezar, los herpes son extremadamente contagiosos, mientras que los aftas casi nunca lo son, de forma que conocer el tipo de lesión bucal que sufrimos es importante para tomar o no medidas que prevengan el contagio a otras personas.
Además, los aftas suelen producirse en el interior de la boca, mientras que los herpes surgen en los labios y las comisuras, en el exterior de la boca. Allí forman una costra que puede tener un color rojizo o más amarillento y que sí suele tratarse con pomadas o apósitos, a diferencia de los aftas que, como ya hemos dicho, no tienen un tratamiento específico.
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