Desde hace unos días, se ha ido informando del estado de emergencia pública en la ciudad de Nueva York, debido al peor brote de sarampión que ha sufrido dicha ciudad en las tres últimas décadas.
La rápida propagación de la enfermedad
En octubre del pasado año se detectó el primer caso de sarampión en un menor. Desde ese momento, hasta ahora, el brote de sarampión no solo ha ido propagándose, sino que se ha hecho fuerte. Tanto es así que, de 495 infectados por sarampión en todo Estados Unidos, 280 se han contabilizado en la ciudad de Nueva York.
La enfermedad ha afectado, principalmente, a niños y jóvenes menores de 18 años. Este brote, tal y cómo cuentan en el periódico El País, se ha dado en mayor medida en barrios judíos ortodoxos, comunidad con reglas propias, y con cierto rechazo a intromisiones externas que, por motivos religiosos, evitan vacunarse.
Recordemos que la aplicación de las vacunas por una gran parte de la sociedad no solo evita que las personas vacunadas padezcan la enfermedad en cuestión, sino que ayuda a mantener la inmunidad de grupo ayudando a que las personas más vulnerables como adultos mayores, o niños que todavía no han recibido la vacuna en cuestión, no caigan en la enfermedad.
Sin embargo, si una gran parte de la población deja de recibir estas vacunas, se pierde dicha inmunidad, aumentando el riesgo de propagar enfermedades que hasta ahora estaban controladas. Es por ello que en ayuntamiento de Nueva York se ha puesto manos a la obra.
Los vecinos obligados a vacunarse
Debido a la rápida propagación de la enfermedad, se ha declarado en los últimos días el estado de emergencia en cuatro distritos de Williamsburg. Además de esto, el alcalde ha indicado que los vecinos de dichas áreas tendrán que vacunarse de manera obligatoria en un plazo breve, de tan solo dos días.
De no hacerlo, estos vecinos podrían ser multados con sanciones de hasta 1.000 dólares. Además de esto, se va a realizar una revisión de los registros de vacunación de todas las personas que podrían haber estado en contacto con el brote de sarampión.
Como paso adicional, se han concertado reuniones entre líderes religiosos de las comunidades ortodoxas, pediatras y autoridades sanitarias para llevar a cabo una labor de concienciación, dado que la comunidad judía ortodoxa se trata de una comunidad muy religiosa, y se plantea cerrar las escuelas a las que acuden los niños de estas comunidades en caso de que no se lleven a cabo las vacunaciones adecuadas.
El del sarampión en EEUU no es el único caso
El caso de Nueva York no es el único en el que la falta de vacunación ha ido generando brotes de enfermedades tradicionalmente controladas. El año pasado, la Comunidad de Madrid sufrió un bote de paperas en varios de sus colegios e institutos.
En este caso, la Comunidad de Madrid también optó por informar a profesores y padres de la necesidad de vacunarse y asegurarse de que fueron vacunados en su momento y solventarlo de no ser así.
Actualmente, el único remedio realmente efectivo que tenemos para evitar la reaparición de enfermedades hasta ahora prácticamente erradicadas es el uso de la vacunación. No hacerlo nos pone en gran peligro, tal y cómo se muestra en este mapa interactivo.
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