El vínculo entre microbiota o bacterias de nuestro intestino y nuestro cerebro está cada vez más confirmado así como también, el impacto de la microbiota en la salud. Un reciente estudio señala que el estrés podría modificar nuestra flora intestinal negativamente y así, aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades autoinmunes.
Estrés, cambios en la flora y enfermedades autoinmunes
La investigación recientemente publicada en la revista de la American Society for Microbiology evaluó el mecanismo por el cual las situaciones estresantes incrementan el riesgo de sufrir enfermedades autoinmunes.
Así, en ratones expuestos a estrés social (encuentros con ratones agresivos) durante 10 días y controles, se evaluó la composición de la microbiota intestinal. Posterior a la intervención, los ratones estresados tenían cambios en la flora intestinal, sobre todo, en dos tipos de bacterias relacionadas con trastornos inmunes.
Según un análisis genético de los roedores, las bacterias del intestino podrían volverse patógenas y así, dañinas para el propio huésped.
Esto fue confirmado mediante pruebas en los ganglios linfáticos de los roedores estresados que señalan un aumento de bacterias patógenas y de células T efectoras reactivas que son características de las enfermedades autoinmunes como el lupus, la esclerosis múltiple, la artritis reumtoidea, la esclerodermia, entre otras.
Si bien este estudio nos permite reconocer una vez el estrecho vínculo entre nuestras emociones y cerebro con nuestro intestino así como el gran poder de la flora intestinal sobre nuestra salud, no debemos olvidar que fue realizado en roedores y que podría no ser aplicable a humanos. Por lo tanto, se esperan investigaciones que confirmen o nos aproximen al mismo vínculo entre estrés, cambios en flora intestinal y enfermedades autoinmunes.
Igualmente, siempre es recomendable intentar controlar el estrés en nuestra vida así como cuidar la flora intestinal para proteger la salud.
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