A la homeopatía muchos la consideran un engaño, otros una ciencia médica y hay quien piensa que simplemente funciona, pero no se sabe cómo. La base de la homeopatía es la similitud: “lo similar se cura con lo similar”, es decir, que si algo te produce una enfermedad, lo similar a eso, será lo que te cure. Por ejemplo, la cafeína provoca taquicardia, pero mediante el tratamiento homeopático puede producir normalización del ritmo cardíaco.
La homeopatía utiliza lo que se llama potenciación o dinamización, esto es, realizar diluciones de la sustancia en cuestión y tras cada dilución se aplica una agitación o sacudida fuerte. Se piensa que tras esas agitaciones parte de la acción de la sustancia se transmite al agua. Nada más lejos de la realidad, hasta que la física demuestre lo contrario.
La cuestión es que hay unas 3000 sustancias que utiliza la homeopatía, aunque normalmente 150 son las más comunes. Sustancias que por supuesto se comercializan a precios nada razonables en comparación con el coste de su producción. Es aqui donde se puede pensar que la homeopatía en lugar de ser una ciencia médica es un auténtico negocio.
¿Puede una reducción tan grande de una sustancia considerada terapéutica originar una respuesta fisiológica en el organismo?, muchos médicos consideran que no, que en todo caso producirá un “efecto placebo”, que por otro lado, se ha demostrado que tampoco. Muchos la llaman la “medicina del agua”, y no es para menos cuando echando cuentas se estima que la cantidad de sustancia o principio activo en esas diluciones llega a ser tan pequeña que tiende a cero.
La homeopatía se escuda en el gran número de médicos que prescriben medicamentos homeopáticos y que aluden a sus beneficios, con apenas ningún efecto secundario. Lo que no se llega a explicar es el mecanismo por el cuál se producen esos beneficios, cosa que a todas luces no puede considerarse ciencia, y ciencia y medicina siempre van (o deberían) de la mano.
Con respecto a esto, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios autoriza la comercialización del medicamento homeopático pero no le reconoce indicación terapéutica alguna. Es decir, que la calidad y seguridad del medicamento está aprobada, pero no su efectividad, que como comprenderéis es algo totalmente diferente. Una cosa es que te dejen vender un producto porque no causa efectos negativos y otra muy distinta que ese producto vaya a curarte una enfermedad y que cumpla los estándares científicos.
A mi desde luego me extrañaría muchísimo si mañana voy al médico y éste me receta un medicamento homeopático. La mayor parte de sanitarios detractores de esta “pseudociencia” alude que además de la falta de efectividad probada científicamente de estos medicamentos, en muchos casos la homeopatía retrasa un tratamiento farmacológico probado para tratar y curar la enfermedad, cosa que en ciertas dolencias, juega cláramente en contra del paciente.
Por último, os dejamos con un video donde se ve que tras una sobredosis de fármacos homeopáticos no sucede absolutamente nada:
Vía | Microsiervos
En Genciencia | ¿Realmente funciona la homeopatía?
Más información | El País (I), (II)
Más información | Estudio de "The Lancet"
Imágen | Daniel Vizeu
Video | CírculoCE
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