La gonorrea es una enfermedad de transmisión sexual para la que hay métodos de prevención y tratamiento eficaz. O eso creíamos hasta hace poco, porque la OMS ha emitido una alerta recientemente sobre esta enfermedad: un tipo de gonorrea resistente a los antibióticos se está extendiendo en todo el mundo y hacen falta nuevos medicamentos.
La OMS ha basado esta alerta en datos recogidos en 77 países de todo el mundo que muestran que esta enfermedad, común y conocida, comienza a mostrar características que la hacen mucho más difícil, y a veces imposible de tratar.
La resistencia a los antbióticos
En la guerra que la humanidad libra contra las infecciones bacterianas, los antibióticos parecían el arma definitiva. Pero las bacterias son organismos tremendamente adaptables y los medicamentos no siempre logran terminar con todas ellas. Las supervivientes evolucionan para hacerse resistentes a esos antibióticos y el resultado es que, en la próxima infección, hará falta un medicamento diferente para terminar con ellas.
Este problema se agrava cuando hacemos un mal uso de los medicamentos: tratamientos incompletos o incluso contraindicados (los antibióticos no hacen nada contra una infección viral, como la gripe) que hacen a las bacterias más resistentes y a esos medicamentos completamente inútiles cuando sí hacen falta.
Causas de la gonorrea
La gonorrea es un ejemplo de estos casos. Se trata de una enfermedad de transmisión sexual provocada por la bacteria Neisseria gonorrhoeae, que habita específicamente en el ser humano.
Se transmite a través del contacto entre las mucosas, generalmente en los genitales, el recto y en algunos casos también en la garganta durante las relaciones sexuales. También puede transmitirse durante el parto si la madre porta la bacteria, y en cualquier otro tipo de contacto entre mucosas.La OMS calcula que cada año 78 millones de personas contraen gonorrea.
¿Cómo podemos prevenir la gonorrea?
El aumento del número de casos y la dificultad en su tratamiento se deben a un descenso en el uso y un aumento en el uso incorrecto de preservativos, un aumento en los viajes con fines sexuales, la falta de un test de detección efectivo y el seguimiento incompleto de los tratamientos.
Para evitar el contagio, el método más efectivo es un uso correcto del preservativo para todas las relaciones sexuales, y no solo en aquellas con posibilidades de embarazo.
Síntomas de la gonorrea
Los síntomas son diferentes en hombres y en mujeres. En hombres, pueden aparecer entre dos y 21 días después de la infección, y suelen consistir en dolor y escozor al orinar, dolor e inflamación testicular y una secreción blanquecina y de textura mucosa del pene.
En menor medida puede causar inflamación de la uretra y la próstata. Es raro que no muestre síntomas, pero sí es habitual que se confundan con otros factores y por tanto la infección pase desapercibida durante varios días o semanas.
En las mujeres la infección suele transcurrir sin síntomas, lo cual dificulta su detección y posterior tratamiento. A veces aparecen molestias al orinar y más ganas de lo habitual. Si la infección avanza y alcanza las trompas de Falopio surgen síntomas habituales de una infección bacteriana, como dolor abdominal, fiebre, náuseas y tensión muscular.
Consecuencias de la gonorrea y su tratamiento
Las consecuencias de no tratar la gonorrea pueden ser muy graves: esterilidad en hombres y mujeres, ceguera si se contagia un niño recién nacido durante el parto, daños al pene, a articulaciones con artritis y a la piel. En los casos más críticos, la infección puede pasar a la sangre y provocar la muerte.
Por suerte, esos casos no suelen ser muy comunes porque las personas infectadas reciben tratamiento antes de llegar a ese punto. La gonorrea puede tratarse con un amplio espectro de antibióticos. Actualmente los más utilizados son las cefalosporinas de tercera generación en una sola inyección intramuscular.
La pareja de la persona infectada debe ser tratada también con antibióticos, así como realizar tests para otras posibles enfermedades de transmisión sexual.
¿Qué ocurrirá si los antibióticos no funcionan?
Como decimos, en la actualidad las cefalosporinas son el antibiótico más efectivo contra la Neisseria gonorrhoeae, pero en más de 50 países se han dado casos de resistencia contra estos medicamentos. Como resultado la OMS emitió en 2016 una recomendación global para que los médicos recetasen dos antibióticos combinados contra estas infecciones, en vez de solo uno.
Ahora, la OMS ha hecho también un llamamiento a las empresas farmacéuticas para que se pongan las pilas en el desarrollo de nuevos medicamentos. En la actualidad solo hay tres productos en desarrollo para el tratamiento de la gonorrea: solitromicina, zolifrodacina y gepotidacina, los tres en distintos niveles de ensayos clínicos.
El problema es que el desarrollo de nuevos antibióticos no es una idea muy atractiva comercialmente para estas empresas, porque son tratamientos que se consumen solo durante un periodo corto de tiempo (a diferencia de los tratamientos para enfermedades crónicas) y que se vuelven poco a poco menos eficaces, por lo que siempre harán falta nuevas versiones y alternativas.
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