El invierno suele ser el periodo preparatorio o de inicio deportivo y la época en que mucha gente decide ponerse en forma por aquello de los propósitos del año nuevo. Uno de los problemas del invierno para la práctica deportiva es la climatología: demasiado frío y lluvias más o menos frecuentes.
Para los que preferís la bicicleta para poneros en forma la climatología no debería de ser un problema, existe una alternativa muy apropida y divertida: el rodillo.
El rodillo nos permite entrenar en cualquier sitio sin perder sesiones de entrenamiento por culpa de el tiempo. No son muy caros (hay de todo), y podemos disfrutar de una sesión de bici en casa mientras escuchamos música o vemos la tele.
Hay dos tipos de rodillos: el fijo o el tricilíndrico (de rulos). El fijo es más seguro porque las ruedas están anclada y no hay riesgo de caerse. El tricilíndrico por el contrario no ancla ninguna rueda y es más inestable, pero se trabajan aspectos como los reflejos y la propiocepción con la bicicleta.
Como hemos dicho la época invernal es la época de inicio de temporada deportiva, por lo que primará un trabajo aeróbico y de puesta a punto. Con el rodillo puedes hacer sesiones largas (de 30 minutos hasta 2 horas), pero de poca intensidad (50-70%), para coger base aeróbica y tener buenos cimientos cuando se endurezcan las sesiones.
Otra buena alternativa es el spinning, eso sí, la biomecánica del gesto es algo diferente que sobre una bicicleta cuando vas en ruta, pero si tu objetivo es ponerte a punto es una elección muy atractiva y que engancha.
