Hay ocasiones en que apetece celebrar el descanso como un ritual. Esos días en los que deseamos tanto disfrutar del relax, que pese a estar cansados nos ilusionamos con crear la atmósfera que nos merecemos, o con la que hemos soñando para cuando llegara ese momento.
Muchas veces ni sabemos de donde ni porqué surge esa idea y sin embargo cuidamos los detalles y dedicamos más tiempo, ilusión y esmero al hecho de prepararnos para ir a la cama. Como sí, de repente, fuésemos conscientes de un hecho rutinario, dando protagonismo a algo que el resto de los días es mecánico; como sí descubriésemos que los momentos previos a acostarse pueden ser especiales ¿Os ha pasado alguna vez?
Rituales que te gustan
Cada uno tiene sus apetencias y gustos, pero con independencia de estos matices o peculiaridades, existen algunas prácticas fáciles de disfrutar y “universalmente” aceptadas o reconocidas para elevar el estado de ánimo y favorecer el descanso.
Preparar una infusión o “romper las reglas” y disfrutar de un pequeño trozo de nuestro pastel favorito, presentarlo con mimo y delicadeza, utilizar una taza bonita. Escuchar nuestra música preferida, iluminar la estancia con luz tenue o velas aromáticas, darnos un baño de sales, disfrutar de un buen libro, vestir ropa confortable, perfumarnos con nuestra fragancia predilecta son ejemplos de pequeños detalles, que pueden hacer parar el tiempo y la rutina vivida durante el día y hacernos disfrutar de un momento placentero antes de acostarnos por la noche.
Intentar meditar, rememorando vivencias felices, valorando el momento presente y esperando lo mejor para el futuro son prácticas, que hacen seleccionar a nuestro cerebro sensaciones positivas, vetando la posibilidad de retomar las regulares o malas experiencias acontecidas durante el día. Cerrar los ojos y calmarse, pensar y sentir, nos relaja y prepara para un buen sueño.
Ser consciente
Pero, sin duda, el ritual más importante de todos es ser consciente de todo ello. Ser conscientes de que todo lo anterior lo hacemos por y para nosotros, porque deseamos tener un buen momento, y nos sentimos merecedores de ello. Porque las sensaciones físicas sin consciencia ni propósito no se disfrutan de la misma manera y puede que en el peor de los casos, hasta pasen inadvertidas. Lo maravilloso de estos pequeños rituales de descanso es ser conocedor de cada momento de disfrute, de cada instante y detalle, de saborear del momento, de captar las sensaciones que nos produce. Ser capaces de valorar de nuestras pequeñas posesiones y nuestros grades gustos y aficiones.
Disfrutar del silencio o de la mejor música, de vuestro perfume favorito, de una iluminación, de un sabor, un aroma…crear momentos especiales, sentir que nos merecemos todo ello. Mimarnos y cuidarnos ¿No nos reporta el descanso más merecido? ¿Quien nos conoce mejor que nosotros mismos? En ocasiones buscamos fuera, nos complicamos la existencia o simplemente nos rendimos al cansancio dejando pasar los días de trabajo o problemas con pocos alicientes, sin darnos cuenta de que somos nosotros los que nos hemos olvidado que estamos ahí, esperando a que nos cuidemos un poquito cada día y crear nuestros momentos mágicos.
Imágenes | Nina Mathews Photography, Horia Varlan
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