El control de dopaje y el dopping son uno de los temas más relevantes y polémicos cuando hablamos de deporte. Por suerte, cada año se toman más en serio estos controles, lo que acaba reflejándose en sanciones. Esto es lo que ha ocurrido los últimos días con una sanción que resulta ejemplar para Rusia en los Juegos Olímpicos.
Así, el Comité Ejecutivo de la AMA (Agencia Mundial Antidopaje) ha condenado al país ruso excluyéndolo de todas las grandes competiciones internacionales durante cuatro años.
Esta sanción supone la condena por la falsificación llevada a cabo en la base de datos del laboratorio de Moscú, que imposibilita la comprobación de la violación de reglas antidopaje, entre 2012 y 2015, de 145 deportistas rusos. Esto hace sospechar que se han estado encubriendo positivos y en los que lleva a la AMA a tomar esta decisión.
Se trata de una ampliación de la sentencia que ya se les impuso en 2015 debido a irregularidades durante los Juegos de Sochi de 2014 y en los que se consideraba que se había dado un dopaje de estado.
Esta sentencia implica, entre otras cosas, que los deportistas rusos no podrán participar ni en los Juegos Olímpicos 2020 en Tokio, ni en los de Pekín en 2022. Tampoco podrán formar parte del Mundial de Qatar que tendrá lugar en 2022, entre otras competiciones internacionales importantes. Tampoco podrán organizar, o aspirar a organizar, ningún evento deportivo.
Aunque Rusia tiene todavía 21 días para poder recurrir la sanción, un cambio en la condena no parece posible. Esto significa que numerosos deportistas rusos se verán afectados por esta sanción. En cualquier caso, tendrán una oportunidad de participar en estas competiciones: los deportistas rusos que consigan probar de manera indudable que no han cometido dopaje podrán competir bajo una bandera neutral.
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Imágenes |Gtres
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