La actividad física, así como el mundo del deporte, están muy ligados a la fisioterapia, tanto a nivel preventivo como curativo. Por ello hablaremos de cuatro puntos importantes que destacar en un buen fisioterapeuta.
Por supuesto, un buen profesional sanitario debe tener más de tres cualidades, pero he mencionado éstas porque las considero las que nunca deben faltar, las que deben estar presentes en toda sesión de tratamiento fisioterápico. Allá van.
Una buena valoración
Llegar con molestia, tumbarte, desconectar el cerebro y que te den un masajito está muy bien, pero si tienes un problema que puede ser mejorado gracias al tratamiento fisioterápico, lo fundamental es invertir tiempo de cada sesión en una buena evaluación. El fisioterapeuta se beneficiará de conocer el diagnóstico médico, pero, no nos engañemos: esto muchas veces da poca información sobre las mejores pautas de tratamiento.
A una muchacha que se lesionó en el codo y en el hombro por un golpe; le diagnosticaron "epicondilalgia y omalgia". No salió ella muy convencida, y menos convencida que se quedó cuando le expliqué que eso era simplemente descriptivo: "dolor en el epicóndilo (una región del codo) y en el hombro. Un buen fisioterapeuta necesita más datos, y para encontrarlos tiene que hablar mucho con el paciente, preguntar cómo aparece el dolor, cómo apareció la primera vez, qué lo agrava, qué lo reduce, si despierta por la noche, qué actividades te impide hacer...
A esto hay que sumarle exploración física, pruebas de valoración y un largo etcétera que lleva a muchas personas a desesperarse "¿Pero cuándo me va a dar el masaje que me cure?" piensan muchos.
Una buena valoración consigue detectar las alteraciones y buscar las mejores técnicas para solucionar los problemas. Por ello una buena valoración (y reevaluación cada cierto tiempo) permite reducir la duración del tratamiento, consiguiendo actuar de forma óptima sobre el problema con las técnicas adecuadas. Un buen fisioterapeuta pasará bastante tiempo de la sesión (sobre todo en la primera visita) valorando tu situación y buscando las mejores soluciones. Dale tiempo.
Tratamiento activo
Sí, el tratamiento pasivo es importante, y está indicado para tratar y mejorar muchas enfermedades y lesiones. Por tratamiento pasivo entendemos las técnica de "me echo en la camilla y que el fisioterapeuta me cure": masaje, movilizaciones, estiramientos, técnicas de electroterapia, termoterapia, etc.
Sin embargo, en todos los problemas susceptibles de tratamiento fisioterápico (o el 99%, para no exagerar mucho) el tratamiento activo es una parte fundamental de la terapia, dentro y fuera de consulta, es decir, en el hogar, en la vida diaria. Por tratamiento activo entendemos principalmente ejercicios, movilizaciones, correcciones posturales, estiramientos dinámicos y demás que el fisioterapeuta enseña para que el paciente ejecute.
Hay quien va a fisioterapia para que le den masaje, le pongan unas "máquinas" o "corrientes", un poco de calor, unas cintas de colores y para casa. A ver, como digo, el tratamiento pasivo puede estar indicado, pero se queda incompleto si no se indica un tratamiento activo para mantener y mejorar lo conseguido en la sesión de tratamiento.
Consejos para casa
La fisioterapia tiene que ofrecer libertad. Para que una persona se recupere de una lesión, sobre todo si es deportiva, es necesario una serie de pautas, consejos, cambio de hábitos, realización de ejercicios y demás pautas que se apliquen para reducir la probabilidad de recaer en la lesión, y también de sufrir otras lesiones.
Por lo tanto, una buena recuperación necesita complementar el trabajo pasivo y activo con una serie de consejos para tratar de prevenir otros problemas que pueda sufrir la persona como consecuencia de su actividad, ya sea cotidiana o deportiva.
Derivación a otros profesionales
Las lesiones, las enfermedades, las personas somos multidisciplinares. Me explico: puede que haya una única lesión, pero que necesite de la acción coordinada de distintos profesionales para obtener el mejor tratamiento.
Un buen fisioterapeuta conoce sus límites, y no tiene problema en derivar a compañeros más preparados para tratar un tema concreto. Derivar no significa demostrar ignorancia, sino conocer los mejores recursos para solucionar el problema de tu paciente.
Un buen profesional tampoco tiene miedo a derivar a otros profesionales sanitarios, ya sean médicos, podólogos, etc. o también profesionales no sanitarios, como un entrenador personal o profesional de la actividad física para que la persona complete su recuperación, una vez que ya está sano pero necesita unos requisitos de entrenamiento específicos que debe dar un profesional.
Habrá muchas más cosas que deben destacar en un buen fisioterapeuta, pero estas son, a mi modo de ver, las más básicas. ¿Qué otras cualidades serían necesarias?
Imagen | Roger Mommaerts
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