Los frutos secos protagonizan la dieta mediterránea y el otoño, por lo que podemos emplear este tipo de alimentos para potenciar nuestro rendimiento físico, al mismo tiempo que cuidamos la salud del organismo con nueces, avellanas, pistachos o almendras.
Los frutos secos, contienen menos agua que una fruta fresca y por ello, son alimentos concentrados en calorías, fuentes grasas saludables y proteínas de origen vegetal, por lo tanto, un simple puñado antes del entrenamiento nos brinda energía para que no nos fatiguemos antes de tiempo.
Asimismo, las grasas saludables y el contenido en omega 3, principalmente de las nueces, es de gran ayuda para quienes realizamos actividad física o deportes, ya que no sólo nos brinda la energía y protege el corazón, sino que su poder antioxidante y antiinflamatorio, contribuye a preservar la forma física, el rendimiento y la salud del deportista.
Por otro lado, su contenido en fibra reduce la absorción de los carbohidratos, convirtiendo a los frutos secos en una excelente fuente de energía a largo plazo, debido a su bajo índice glucémico. Además, su aporte en vitamina E también protege del estrés ante el esfuerzo físico, al neutralizar el efecto de los radicales libres del oxígeno.
Poseen minerales fundamentales en la dieta de un deportista, como son potasio, fósforo, selenio, magnesio, hierro y calcio, todos ellos en conjunto mantienen la funcionalidad de los músculos y la salud de huesos y articulaciones.
Su aporte de proteínas no es menor, ya que ofrecen entre un 15 y un 17%, pero para que de éstas logremos una proteína completa, debemos combinar los frutos secos con cereales y así, obtenemos todos los aminoácidos esenciales para el organismo.
No podemos dejar de resaltar que los frutos secos son un buen snack para llevar a cualquier lado y que, en pequeñas proporciones, nos ofrece grandes efectos sobre el cuerpo que permiten mantener el rendimiento físico durante el esfuerzo, al mismo tiempo que protege el organismo de quienes se ejercitan regularmente.
También podrían ser una buena alternativa para recuperar tras la actividad física, sobre todo, mediante su inclusión en galletas o en salsas de pastas, por ejemplo.
Un pequeño bocado, con grandes beneficios. En estas sencillas palabras podemos resumir las virtudes de los frutos secos, característicos de la época otoñal y que, aunque deben ingerirse con moderación, no debemos olvidarlos como parte de una dieta saludable.
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