Al sufrir una lesión, sea haciendo ejercicio o en otra actividad, en ocasiones existe la posibilidad de optar por tratamiento conservador o quirúrgico. Esto, claro, depende del tipo de lesión y de la gravedad, pues hay ocasiones donde un tratamiento se impone y no hay mucha opción de elegir.
Vamos a explicar, de forma general, ideas a tener en cuenta sobre tratamiento conservador de las lesiones, así como nociones sobre el tratamiento quirúrgico, para tratar de aclarar si es recomendable optar por uno o por otro.
¿En qué consiste el tratamiento conservador de una lesión?
Este tratamiento engloba pautas menos agresivas, no invasivas (o poco invasivas). Por ejemplo, en una lesión de hombro, rodilla, tobillo... El tratamiento conservador incluiría medidas como frío para aliviar el dolor y la inflamación, ejercicio suave para no perder fuerza y movilidad, pautas específicas de fisioterapia para recuperarse de la lesión, tratamiento farmacológico con medicación para aliviar las molestias, etc.
En general, el tratamiento conservador suele ser una primera opción (o al menos, debería serlo) para tratar de solucionar el problema. Si la lesión es susceptible de mejorar de esta forma (por ejemplo, algunas roturas pequeñas de fibras musculares, algunas roturas de ciertos ligamentos...) es muy recomendable empezar por aquí, pues este tipo de tratamiento puede, en muchos casos, hacer que la lesión sane y que podamos recuperarnos sin problemas.
Todo, lógicamente, en el caso de que la lesión no requiera una intervención de manera obligada, en cuyo caso hay que elegir porque el tratamiento quirúrgico es la única opción (por ejemplo, una fractura desplazada, una rotura completa de un tendón muscular...).
Tratamiento quirúrgico de lesiones deportivas
El tratamiento quirúrgico, como hemos dicho en el párrafo anterior, en ocasiones no es una elección, sino una necesidad dada por la urgencia.
En otros casos, por haber una rotura importante que no es viable que sane con medidas conservadoras, se hará necesaria una cirugía programada, que no será urgente, pero sí necesaria para reparar los daños de la lesión.
En este caso, la operación suele realizarse mediante la técnica de artroscopia, de la que ya hablamos, y que puede emplearse para confirmar y completar el diagnóstico y para llevar a cabo el tratamiento.
¿Qué opción de tratamiento es la recomendable?
No es una respuesta sencilla, pues depende de cada caso, pero está claro que, siempre que no esté contraindicado por la gravedad de la lesión, es beneficioso comenzar por el tratamiento conservador.
Es decir, si existe opción de que la lesión mejore sin tener que pasar por el quirófano, hay que hacer lo posible por recuperarse y tratar de evitar el bisturí.
Hay lesiones en las que el paso del tiempo no influye de forma negativa. Es decir, se puede hacer tratamiento conservador; si fracasa o no da la solución completa, entonces se opta por la cirugía.
Pero en otros casos, la cirugía debe ser realizada dentro de un margen de tiempo, pues esperar más tiempo puede provocar unos daños que luego no son fácilmente recuperables. Por ejemplo, en caso de una rotura muscular (si retrasas demasiado la operación, las fibras cicatrizan de manera inadecuada).
En definitiva, hay que seguir los consejos del médico; preguntar todas las dudas y preguntar a otro médico si queremos una segunda opinión. En caso de que se pueda evitar la operación, iniciar el tratamiento conservador de forma precoz, y seguir las pautas que nos indiquen.
Si no hay más remedio que pasar por el quirófano, la fisioterapia puede ayudar en la preparación para la operación (trabajando de forma precoz para estar en buena forma para afrontar la operación) y en el posoperatorio, para dar pautas para conseguir la mejor recuperación.
Y vosotros ¿Habéis tenido que pasar por quirófano por alguna lesión o pudísteis solucionarlo con tratamiento conservador?
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