El estrés puede llegar a ser uno de los mayores desencadenantes de una sudoración excesiva. Cuando aparecen los nervios y la ansiedad, aumenta la temperatura corporal y el organismo la regula mediante el sudor. En este caso el componente psicosomático tiene un gran papel, llegando incluso a crear un circulo vicioso, el sudor ocasionado por los nervios provoca más sudoración.
Factores en el día a día
La vida cotidiana está llena de supuestos en los que los nervios pueden pasar malas jugadas. Hablar en público, enfrentarse a situaciones que desagradan, un exceso de trabajo, relaciones sociales… son innumerables las situaciones que pueden ocasionar momentos de estrés, y aunque apartarlas del entorno sería una gran solución, es sabido que no es posible.
Muchas de las anteriores circunstancias se traducen en un alto porcentaje de población con un exceso de sudoración. En busca de soluciones, la más básica, y quizá también la más difícil de cumplir es procurar ser consciente de que frente a situaciones no placenteras que provocan ansiedad hay que intentar relativizar, tomar con calma las vicisitudes que van surgiendo y acudir siempre a la paciencia y buen humor.
A la hora de prevenir
Es importante saber cuando hay que enfrentarse a retos que provocan estrés para pensar en una serie de cuestiones que pueden prevenir o mejorar los efectos de la sudoración. A diario, una correcta higiene y la utilización, de un antitranspirante eficaz son fundamentales a la hora de disminuir los efectos de la sudoración motivada por cualquier causa.
Vestir ropa adecuada que ayude a disimular el sudor y sus marcas, aporta una gran confianza y seguridad. Recurrir a una camiseta interior de algodón, que absorba la humedad y proteja la prenda exterior es otra solución. Todo ello aumentará la espontaneidad de movimientos y actuación, con el consiguiente efecto de tranquilidad.
En la actualidad existen antitranspirantes idóneos para esta patología, ya que incorporan microcápsulas que se activan con la humedad, liberándose en momentos de actividad física, estrés o ansiedad. Un buen ejemplo son los que componen la nueva línea femenina Maximum Protection de Rexona con un principio activo antitranspirante que preveniene y regula la transpiración, y que incorpora este sistema. Este mecanismo de acción también está incorporado a la linea masculina Gama Eficacia de la marca.
El factor psicológico
El miedo a sudar en situaciones de nervios y estrés condiciona y hace estar alerta, por lo que ya se está sufriendo estrés adicional. No pensar en ello y centrar la atención en otras cuestiones induce a relajarse, evitando este factor complementario. Ser consciente de que los efectos de la sudoración puede causar mala impresión a los demás altera la preocupación, inseguridad y los nervios, por lo que se debe intentar estar ajeno y sereno ante la opinión de las personas con las que se está atravesando una situación de estrés.
Hay un alto porcentaje de personas nerviosas a las que afecta esta alteración al punto de llegar a sufrir hiperhidrosis. Aunque parece difícil, cuando se tiene carácter nervioso, intentar practicar un método de relajación puede ser práctica muy positiva a la hora de evitar muchos efectos físicos provocados por el estrés.
Cuando el exceso de sudoración preocupa, intentar quitar importancia y no obsesionarse con sus efectos evitará caer en un circulo causa-efecto, y comprobaréis que si se aparta ese pensamiento y se está atento a otras cuestiones, este disminuirá.
Relajarse ante una situación que influye en nuestros nervios, no estar pendiente de los demás y no pensar demasiado sobre ello, ya es una fuente de sosiego. Siempre hay que tener presente que la sudoración es una función regular del organismo y estar convencido de que en estos casos la tranquilidad es fundamental para mejorar su disminución. Podéis consultar a nuestro experto en caso de duda.
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Imágenes | #1 mrhayata modificada a blanco y negro, 2# Nina Matthews
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