Reducir el sudor mejor que el olor. ¿Cómo funciona un antitranspirante?

Cuando transpiramos en exceso facilitamos la proliferación de bacterias que son las responsables de que el sudor adquiera mal olor, ya que por sí solo es prácticamente inoloro.

En ocasiones intentamos erróneamente enmascarar el problema usando perfumes o fragancias que disimulen el olor, pero los resultados no suelen ser satisfactorios, más bien al contrario. ¿Cuál es la solución?

En lugar de intentar reducir el olor, disminuir el sudor con la ayuda de un antitranspirante. Así es como funciona.

Glándulas sudoríparas a raya

Hay varios tipos de antitranspirantes, pero un punto en común para que funcionen es incluir sales de aluminio (clorhidrato de aluminio, tetraclorohidrex de aluminio o zirconio) en su composición, que sirven para obturar temporalmente las glándulas sudoríparas, evitando así el sudor excesivo.

Cuando aplicamos el antitranspirante en nuestras axilas es absorbido por las células presentes en la superficie de la piel, que aumentan de tamaño cerrando así la salida de estas glándulas.

Bloquear el sudor y mantener la piel seca es el primer paso para evitar el desarrollo de los microorganismos responsables de los malos olores.

Si aplicamos el antitranspirante por la noche, permitiremos que penetre en su totalidad y que nos mantenga protegidos durante todo el día siguiente.

Fragancia ¿Sí o no?

Un perfume nos puede aportar frescor y sensaciones agradables pero no resulta efectivo para eliminar un olor. Por eso primero es necesario controlar el exceso de sudor con la ayuda de un buen antitranspirante.

Una vez conseguido esto, elegir que además contenga fragancia o no es maś bien una cuestión de gustos.

Evitando la humedad en las axilas, los olores asociados con el exceso de sudor no harán su aparición y podremos disfrutar de nuestros aromas favoritos, conservando el frescor de recién salidos de la ducha mucho más tiempo.