Sabemos que el sudor es el método de refrigeración de nuestro cuerpo frente a las altas temperaturas: cuando nuestro organismo se encuentra ante una situación de calor, nuestras glándulas reciben el aviso de producir un líquido que nos refresque y nos ayude a mantener una temperatura estable. Así, el sudor está formado por un 95% de agua y un 5% de electrolitos, sustancias que constituyen el factor de hidratación natural (FHN) responsable de la hidratación cutánea.
Dado que el sudor está en su mayor parte formado por agua es muy importante que nos mantengamos bien hidratados, especialmente en los meses de más calor, para reponer los líquidos que perdemos a través del mecanismo de la sudoración.
Todos sudamos, ya que es un mecanismo natural, y a veces incluso sin darnos cuenta (el sudor en situaciones de reposo es lo que conocemos coo "perspiración insensible"). Al realizar esfuerzos, como por ejemplo practicar deporte, la producción de sudor aumenta, pero es necesario que nos mantengamos correctamente hidratados en todas las ocasiones.
¿Cómo debemos hidratarnos?
Lo ideal es ir bebiendo agua a lo largo del día y no esperar nunca a tener sed: la sed es un mecanismo que nuestro cuerpo utiliza para avisarnos de que ha comenzado la deshidratación, de modo que beber antes de tener sed nunca está de más, tanto en verano como en invierno.
La bebida ideal para hidratarnos siempre será el agua, aunque existen otras fuentes de hidratación de las que podemos disfrutar: las sopas frías como el gazpacho, y las frutas frescas con un alto contenido en agua como la sandía o el melón son ideales en los meses de más calor. Los platos calientes los relegaremos a la época de invierno para evitar ofrecer más calor a nuestro organismo.
¿Cómo reponemos los electrolitos que eliminamos con el sudor?
Los electrolitos que perdemos a través de la sudoración son elementos como potasio, magnesio o sodio, aunque en cantidades muy pequeñas. Estas sustancias tienen un papel importante en la regulación de la presencia de agua dentro de las células, por lo que es importante su reposición.
Podemos reparar esas pequeñas pérdidas a través de la alimentación: los alimentos más ricos en magnesio, sodio y potasio son las frutas, las hortalizas y, en general, todos los vegetales incluso enlatados o congelados.
Un vaso de agua acompañado de una pieza de fruta o de un plato de verduras frescas en verano nos ayudará a mantenernos frescos e hidratados a la vez que disfrutamos de una alimentación rica y equilibrada.
En el espacio Rexona Maximum Protection
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Imágenes | Creatas Images (modificada), Juri Samsonov, Camelot1671
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