Sería difícil encontrar alguna persona que no haya padecido sudoración en mitad de la noche. Se trata de accesos de calor que desembocan en un sudor repentino y abundante, que pueden humedecer desde la frente hasta llegar a empapar la ropa de dormir y las sábanas. Los sudores nocturnos se manifiestan mediante una transpiración durante las horas de sueño. Hasta los niños pequeños suelen padecer este tipo de sudoración sin causa aparente, que cuando no tiene motivo concreto se designa como sudores idiopáticos.
No siempre es fácil detectarlo, dado que se producen en estado de inconsciencia, mientras se duerme, por lo que estos capítulos pueden pasar inadvertidos salvo cuando el exceso de calor o incomodidad llegan a interrumpir el sueño.
A no ser que la sudoración se repita de manera continua e inexplicable, y esté acompañada de algún otro síntoma preocupante, no se debe dar excesiva importancia a un hecho que en la mayoría de los casos tiene una explicación lógica debido a la función natural del organismo y sobre la que además se dispone de unas maneras fáciles de mitigar o disminuir en la mayoría de los casos.
Algo tan sencillo
A la hora de analizar causas que motiven el sudor durante la noche se deben tener en cuenta unos posibles motivos básicos, muy simples pero fundamentales para poder descartar o evitar.
Tanto en invierno como verano puede aparecer sudor nocturno. En verano debido a temperatura ambiental y en invierno por exceso de abrigo tanto en ropa de cama como en prendas de dormir. Un colchón demasiado blando, que además esté compuesto por tejidos acrílicos, así como abundancia de ropa en la cama, es un motivo más que suficiente para sudar durante la noche. Edredones, mantas, sábanas o incluso almohadas con composición sintética y no transpirable agravarán la situación. Se debe atender también a que las prendas personales para dormir estén compuestas por tejidos naturales.
Causas muy variadas ¿Reconoces alguna?
Cenas copiosas, alimentos picantes,fuertes o muy condimentados, y la ingesta de alcohol suben la temperatura. Una mala digestión, apnea, una respiración dificultosa o roncar también contribuye a padecer este síntoma durante la noche.
El factor psicológico es determinante. La ansiedad, terrores nocturnos, pesadillas, estrés o patologías de sueño alteran el sistema nervioso provocando alteraciones en la temperatura y sudor.
Diagnósticos como la presión alta, un bajo índice de azúcar, efectos secundarios a medicaciones, infecciones o catarros son patologías que sin ser graves alteran la temperatura corporal. En la mujer los cambios hormonales que ocasiona el síndrome premenstrual y la menstruación provocan cambios de temperatura que llegan a originar sudoración nocturna. La menopausia y los sofocos que conlleva es otro factor que contribuye a ello.
Algunas soluciones
Si bien la sudoración nocturna no es un problema grave, puede llegar a resultar molesta y crear cierta ansiedad al ser consciente de que se va a sudar en exceso durante la noche. Aligerar ropa de cama, ventilar la habitación, llevar a cabo una cena ligera, hidratarse adecuadamente, y procurar mantener un estado de tranquilidad mediante la toma de una infusión relajante fría o caliente puede mejorar la calidad del descanso e influir positivamete a la hora de disminuir o evitar episodios.
Una ducha antes de acostarse y la aplicación de un antitranspirante aporta una sensación confortable, gran bienestar, contribuye a una correcta higiene y proporciona seguridad.
Pese a que lo normal es que los sudores aparezcan sin un motivo aparente y sin estar relacionados con una patología, se debe tener en cuenta que si persisten de forma repetida e inexplicable o se asocian a otros síntomas preocupantes se deberá consultar a un médico.
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