Sabemos que el sodio es un mineral muy importante para el buen funcionamiento del organismo, pero sus niveles deben ser adecuados para que beneficie la salud, pues tanto su déficit como su exceso, pueden desencadenar enfermedades. Por eso, si intentas moderar la ingesta de este mineral ten cuidado con los productos reducidos en sodio.
Cuando estamos ante un producto que en su etiqueta dice “reducido en sodio” simplemente tenemos un producto que posee como mínimo, una reducción del 25% en el contenido de sodio respecto al producto original, pero a pesar de ser reducido en sodio, su contenido en este mineral puede ser elevado, por lo que tengamos cuidado y miremos las etiquetas y el contenido exacto de sodio en el alimento.
Si comemos libremente de un snack “reducido en sodio” que posee más allá de la disminución unos 800 mg de sodio por cada 100 gramos, estaremos alcanzando fácilmente el límite máximo que se recomienda no superar de 2400 mg de sodio a diario.
Entonces, no nos dejemos llevar por la denominación simplemente, porque si bien un producto puede ser reducido en sodio, puede no ser bajo el contenido que presenta este mineral. Por ello, procuremos ingerir alimentos que no superen los 200 mg de sodio por porción y miremos siempre las etiquetas de información nutricional de los alimentos antes de largarnos a consumir libremente.
Imagen | Joelogon
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