Siempre que hacemos referencia al calcio, asociamos a este nutriente con su efecto sobre la salud ósea, sin embargo, se trata de un mineral no sólo para los huesos, sino que los beneficios de su adecuado consumo van más allá del sistema óseo.
Además de prevenir patologías como la osteoporosis asociada a la salud de los huesos, el calcio genera los siguientes beneficios en el organismo:
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Ayuda a reducir el colesterol en sangre al formar jabones con los ácidos grasos en el intestino y disminuir el porcentaje de absorción de los mismos.
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Favorece la salud dental al formar parte de la estructura de los dientes.
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Promueve la coagulación de la sangre al participar en el proceso como catalizador del mismo.
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Favorece la contracción muscular y su correcto equilibrio con otros minerales ayuda a prevenir el desarrollo de calambres.
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Favorece la salud cardiovascular al intervenir en la contractibilidad del músculo liso y tener un efecto vasodilatador en el organismo que reduce la presión arterial
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Ayuda a quemar grasas por su intervención en el sistema nervioso simpático y ayuda a no engordar tras haber perdido peso.
Como podemos ver, el calcio no sólo es un mineral para los huesos sino que justifican un consumo adecuado todos los efectos beneficiosos antes dichos de este nutriente.
Imagen | Anasararojas
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