El hierro es un mineral que encontramos fácilmente entre los alimentos de origen animal, sin embargo, también hay alimentos del mundo vegetal ricos en este elemento, como es el caso de las frutas deshidratadas, que constituyen una buena forma de añadir hierro a la dieta.
Aunque sabemos que el hierro derivado de alimentos vegetales es más difícil de absorber, también sabemos que contribuyen a cubrir la cuota diaria y que podemos favorecer su absorción con vitamina C, por ejemplo. Así, cuando 100 gramos de carne vacuna ofrecen 2 mg de hierro, la misma cantidad de melocotones secos ofrecen 7 mg del mineral.
Los orejones de albaricoques ofrecen 2,6 mg de hierro por cada 100 gramos, las ciruelas pasas 2,3 mg, los higos secos 3,3 mg y los dátiles 2 mg en igual cantidad de alimento.
Es decir, que sumando algunos orejones a diario podemos contribuir grandemente a incrementar la ingesta de hierro, que podemos aprovechar en mayor medida con la vitamina C que ofrece por ejemplo, un zumo de naranja.
Entonces, sobre todo para los vegetarianos, es de gran ayuda saber que las frutas deshidratadas son una buena forma de añadir hierro a la dieta.
Imagen | Alex E. Proimos