El calcio es un mineral esencial para el correcto funcionamiento del organismo. Por ello siempre nos esmeramos en mantener una alimentación adecuada para obtener las cantidades precisas para que nuestro organismo pueda obtener lo que necesita para mantener unos huesos fuertes, además de un correcto funcionamiento en el resto de órganos que conforman nuestro cuerpo. Pero a veces esto no es suficiente, ya que hay que tener en cuenta otros aspectos que impiden que adquiramos las cantidades de calcio que necesitamos, y es en estos precisamente en los que nos vamos a detener a continuación.
De hecho en la actualidad, si hacemos caso a cualquier estudio sobre nutrición, nos daremos cuenta que el calcio ocupa un papel importante en la dieta, ya que ahora más que nunca consumimos productos lácteos. El problema no reside en la escasez de este nutriente, sino que más bien está en el exceso de otros que son los culpables de que el organismo elimine gran parte de este calcio, o que por el contrario tenga problemas para asimilarlos como es debido.
Los lácteos son por norma general una de las principales fuentes de calcio que solemos consumir para conseguir las cantidades que el cuerpo necesita. Es cierto que este tipo de alimentos contiene altas cantidades de este mineral, pero también en su composición lleva otros nutrientes como las proteínas que son inhibidoras del calcio. Un exceso de proteínas en la dieta hará que el organismo libere sustancias ácidas que simplemente se combaten por la acción del calcio, que se acaba destruyendo y con ello menguando los niveles que tiene el organismo.
Por este motivo tenemos otras opciones a la hora de conseguir las cantidades de calcio que el cuerpo necesita. Los vegetales son alimentos que no deben faltar en nuestra dieta, ya que muchos de ellos contienen muchas más cantidades de calcio que la propia leche. En este caso eludimos el riesgo que las proteínas suponen a la hora de que el cuerpo asimile todo el calcio que necesita. Pero no todo lo que reluce es oro, sino que en los alimentos de origen vegetal suelen estar presentes unas sustancias encargadas de inhibir el calcio como son los fitatos y los oxalatos que reducen, aunque no impiden la absorción del calcio. Pero a pesar de todo como las cantidades que consumimos son elevadas, conseguiremos los requerimientos que el organismo necesita de estas sustancias.
Es importante que tengamos esto en cuenta, ya que el calcio es una sustancia necesaria e importante en nuestra dieta y sobre todo en el correcto funcionamiento del organismo. Por ello debemos cuidar la alimentación, y más a medida que pasa el tiempo, pues nuestros huesos tienden a perder sus reservas de calcio y a debilitarse si no les damos lo que necesitan.
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david2200
Muy buen artículo. Muy en líena con éste de otro portal: http://www.consumer.es/web/es/alimentacion/aprender_a_comer_bien/complementos_dieteticos/2003/01/16/55944.php
Menos mal que ya se va olvidando la antigua y qeuivocadísima receta de tomar "más lácteos" para tener más calcio. En occidente tomamos más lácteos que en ninguna parte y tenemos la mayor desmineralización ósea del mundo.
Hay una cosa más: cuantos más lácteos se toman peor es la situación. La cuestión es que a partir de cierta cantidad de caclcio ya no se absorve casi más así que por más que tomemos se deshecha mientras que el exceso de proteínas que toamos con esos lácteos siguen absorviéndose y haciendo que después se pierda aún más calcio.
El tema de los fitatos: antiguamente se pensaba que éstos no tenían más función que la de fibra en la que se encuentran y que limpiaba y/o ayudaba a la fucnión del intestino a modo de escobilla, mientras que hay estudios que dicen que los fitatos tiene grandes poderes antioxidantes, reductor de posibilidades de cáncer e inhibidor de la absorción de metales pesados. Vamos que de malo de la película por su capacidad de disminuir la absorción de calcio nada de nada, y hasta podría tener un efecto nutritivo y/o funcional mucho más allá del admitido hasta hace poco.
No sólo el exceso de proteínas hace perder calcio, también el azúcar refinado, casi todos los alimentos refinados, muchos aditivos, etc... Vamos que la dieta occidental es una auténtica bomba y una buenísima garantía de osteoporosis en la vejez.