¿Qué es lo que mueve a una persona a madrugar cada mañana para entrenar? ¿Qué pasa por la mente de aquel que sacrifica horas con los suyos con el fin de alcanzar una marca? ¿Cuál es el motor de quien ha tenido que sortear toda clase de obstáculos para terminar subiéndose a un podio?
Sería fácil descifrar, con más o menos acierto, el tipo de hazañas por las que han tenido que pasar los deportistas que laureamos cada vez que protagonizan titulares. Se puede intuir que la vida de la gran mayoría de atletas que conocemos ha tenido que regirse por la constancia, la disciplina y el sacrificio para que sus nombres trasciendan. Pero a veces, superarse a uno mismo y dominar las circunstancias que lo rodean es la competición más difícil de todas.
Disfrutar del camino es clave para llegar lejos
Buenos ejemplos de ello son las historias de Ruth Beitia, José Luis García Serrano y Bea García Berché. Tres atletas con un denominador común que los ha acompañado durante toda su carrera: disfrutar del camino ha sido clave para llegar donde han llegado.
Ruth Beitia, cuando te vuelcas en una segunda oportunidad
Se la describe como una de las mejores atletas españolas de todos los tiempos. La primera que ha logrado subirse a lo más alto del podio del atletismo español gracias a su especialidad, el salto de altura. Para llegar hasta allí, Ruth Beitia tuvo que pasar por ese tipo de baches que dejan huella en un deportista de élite.
Las ganas de superarse la convirtieron en la mejor atleta española de todos los tiempos
Fueron en las olimpiadas de Londres 2012 donde le arrebataron la medalla olímpica después de sobrevolar la barra por encima de los dos metros. Beitia volvió a su casa de Santander habiendo tomado la decisión de colgar las zapatillas de clavos.
Su retirada a penas duró un par de meses cuando su entrenador de toda la vida, Ramón Torralbo, la convenció de que aún le quedaba fondo para disputar una final en las siguientes olimpiadas.
Y así fue. La santanderina rozó el cielo con un salto que le valió el oro en Río de Janeiro 2016. A menudo, la atleta habla de esta segunda etapa como una segunda oportunidad que le dio la vida y que supo aprovechar. Las ganas de superarse y la pasión que destila por el atletismo tanto dentro como fuera del tartán han convertido a Ruth Beitia en la mejor atleta española de todos los tiempos.
José Luis García Serrano, cuando conformarse nunca fue una opción
El incorformismo y la determinación tuvieron más peso que las condiciones de las que partía Jose Luis García Serrano cuando se metió de lleno en una de las disciplinas más duras del mundo, el triatlón. Según Ángel Aguado, su entrenador, José Luis se presentó el primer día en el club deportivo que dirige y le dijo que teniendo dos brazos y dos piernas iba a entrenar triatlón, como todo el mundo. Y eso que había pasado poco tiempo desde que una enfermedad de los ojos, la uveitis, le había dejado ciego con 28 años.
El triatleta participa en competiciones internacionales atado a su guía
Hasta entonces era un chaval que practicaba algunos deportes como hobbie: partidos de fútbol con sus amigos, carreras populares por su pueblo... A pesar de que pensaba que para ser un deportista de élite había que haber hecho deporte toda la vida, García Serrano se ha convertido en un atleta que gana campeonatos de triatlón para invidentes atado a su guía.
José Luis García Serrano ostenta el título de Subcampeón de España en su modalidad. Además, el año pasado ganó la medalla de bronce en la serie mundial de paratriatlón que se celebró en Sudáfrica. Pero eso no es todo. El madrileño no solo estudia fisioterapia y entrena para participar en los próximos Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, también recorre los cinco continentes compitiendo y dando charlas sobre superación. La experiencia, en estos casos, es la mejor profesora.
Bea García Berché, cuando la diabetes no es capaz de ensombrecer un sueño
Se dice que en las pruebas de ultra resistencia se corre más con la cabeza que con las piernas, ya que llega un punto en que estas van solas. Sin embargo, lo único que no te puede abandonar es la fortaleza mental; el pensar que uno es capaz de acabar lo que empezó. Bea no tenía duda de ello cuando asumió el desafío de completar el 4 Deserts a pesar que a los 10 años le diagnosticaron diabetes.
Toda una proeza teniendo en cuenta que uno de los primeros factores en los que ha reparar cualquier deportista de ultra distancia es en cómo obtener la energía necesaria para acabar este tipo de pruebas. El avituallamiento puede llegar a ser un verdadero quebradero de cabeza para un deportista de ultra resistencia, ¿cómo sería si además debe lidiar con la diabetes?
La diabetes solo ha sido una cosa más a tener en cuenta para cumplir su sueño
Según Bea, la diabetes solo ha sido una cosa más a tener en cuenta a la hora de cumplir su sueño de terminar la 4 Deserts. La enfermedad ha sido un detalle como cualquier otro que debía calcular al milímetro dado que su continuidad en cada una de las etapas dependía de la comida que transportaba; motivo por el cual tuvo que cargar con la mochila más pesada durante los 250 kilómetros.
Fue así como la atleta se convirtió en la primera española con diabetes en cruzar los desiertos de Atacama (Chile), Sáhara (Egipto), Antártida y Gobi (China). Una historia que, al igual que las anteriores, nos enseña que los obstáculos están ahí para sacar la mejor versión de nosotros a través del esfuerzo, el sacrificio y la superación.
Valores que el deporte nos brinda de forma intrínseca y que en los peores momentos nos invita a respirar hondo y repetir un mantra: #Gánate. Para ganarse solo hace falta créerselo y por supuesto, tener los medios que nos ayuden a llegar a la meta.
En cada uno de estos casos, las ganas de superarse y la pasión por el deporte han sido determinantes para llegar hasta donde han llegado. En la actualidad, estos tres grandes deportistas cuentan con el apoyo de Scholl como parte de su campaña #Gánate. Sus Plantillas Gel Activ Sport de Scholl están diseñadas para reducir y amortiguar el impacto hasta un 30%. Y es que cuidar cada detalle al máximo es vital para estar cada día más cerca del objetivo.