Frío en la calle o calor en casa. Entrenamiento bajo cero o peli y manta junto al radiador. No es fácil afrontar el reto de practicar deporte en invierno, pero, ¿quién dijo miedo? Todas las épocas del año tienen su punto positivo en lo que a hacer ejercicio respecta. Sí, los días más fríos del año también.
Frente a aquellas voces (y cuerpos) que reniegan del deporte cuando los termómetros empiezan a mostrar solo una cifra, reivindicamos los beneficios de salir a entrenar hasta en las tardes más gélidas.
¿Osados, eso hemos oído? Para nada. Practicar ejercicio en invierno no solo nos hace quemar más calorías —nuestro cuerpo tiene que invertir más energía en mantener la temperatura corporal estable—, sino que también mejora nuestro rendimiento, pues el organismo debe adaptarse a diversas situaciones y condiciones climatológicas.
Para más inri, el deporte al aire libre en esta estación puede ayudarnos a combatir esa depresión estacional que nos causa la llegada del frío. Ya se sabe: frente al apalancamiento, buenas dosis de movimiento. Y si es con uno de estos deportes para los que, además, Sprinter ha preparado un catálogo de ropa técnica para poder practicarlos con temperaturas bajas, mucho mejor.
Correr es de (abrigados) valientes
Piensa por un momento en todos esos corredores —quizá eres uno de ellos— que, motivados por la fiebre del running, empezaron a entrenar para prepararse su primera media maratón. ¿Qué pasa con ellos en invierno? ¿Se retiran y dejan como testimonio eterno de su idilio con las carreras sus mejores tiempos publicados en Facebook? ¿O vencen a la pereza y se lanzan a entrenar al frío?
Si son auténticos devotos de la religión del running optarán por lo segundo. Y, además, se vestirán en consecuencia. Porque ese es uno de los puntos importantes a la hora de correr: abrigarse de forma adecuada.
Esto no pasa, precisamente, por ponerse muchas capas, sino por elegirlas bien. La primera, indiscutiblemente, debe ser una camiseta interior que se ajuste al cuerpo, como estas de Sprinter. Vestir con el tejido adecuado también es crucial: dile adiós al algodón y saluda a las fibras técnicas, que te darán calor al tiempo que se desharán del sudor.
Tiempo de esquí
Si no lo practicas ahora, ¿cuándo lo vas a hacer? Subir a esquiar es uno de esos placeres estacionales que, precisamente por su carácter efímero, nos fascina. El hecho de poder ir en familia, con amigos, con principiantes y con expertos y, en todos los casos, pasarlo genial, nos hace enamorarnos aún más del deporte.
En tu maleta para escapar a descender las montañas —telesilla mediante— no puede faltar una buena chaqueta como esta, que te proteja del frío y la humedad. Es decir, una que sea de tejido hidrófugo y repela el agua. Efectivamente: algo así como una chaqueta-gremlin… pero mucho más bonita.
Un invierno sobre ruedas
De los creadores de la fiebre por el running llegó la fiebre por el patinaje. Y bendita sea, porque ha llenado las ciudades españolas de enormes grupos de patinadores que, sonrisa en boca, recorren las calles transmitiéndonos buen rollo.
Si a ti también te ha picado el gusanillo roller y no quieres que el frío acabe con él, solo tienes que equiparte correctamente. Un cortavientos así será tu abrigo ideal: no notarás el viento en tu cuerpo ni cuando dobles las esquinas a toda velocidad.
El patinaje, además de uno de los deportes de moda, es uno muy urbano que nos permite ver la ciudad desde un punto de vista distinto y observar cómo cambia a cada estación. ¿No tienes ya unas ganas enormes de patinar y ver las calles con las luces de Navidad?
El deporte para los que no les gusta el deporte
Bien sea porque le cogiste manía en las clases de Educación Física del colegio o porque eres más de zapato que de zapatilla, siempre dices eso de que el deporte “no es lo tuyo”. Pero el universo deportivo tiene opciones para todos, también para ti.
¿Te gusta ir caminando a todas partes? ¿Te gusta la montaña? ¿Te gustan los planes que acaban con amigos en un refugio cocinando un buen asado después de una buena andada? Entonces, el senderismo es “lo tuyo”.
El contacto con la naturaleza, los madrugones para ver cómo el sol sale detrás de un pico… Todo eso se disfruta tanto o más en otoño, cuando los bosques se visten de color ocre, como en verano. Solo necesitas, para que esos paseos no se arruinen por una mala vestimenta, hacerte con un forro polar así: calentito y con un tacto de lo más agradable.
Alta intensidad para bajas temperaturas
De quienes viven el deporte como un complemento a su vida pasamos a aquellos que lo convierten en uno de sus motores principales. Si cuando oyes hablar de una nueva disciplina te falta tiempo para correr a probarla, seguro que conoces y practicas en HIIT, el entrenamiento a intervalos de alta intensidad.
Las endorfinas que generas con estos ejercicios y los buenos resultados que notas con él te han conquistado forever —o eso dirás, al menos, hasta que tengas un flechazo con otro deporte. Y, como entrenarte según este método en invierno supone un doble reto, allá que vas tú, intrépido lector.
Eso sí, nada de lanzarse al parque sin unas mallas térmicas como las que ofrece Sprinter. No queremos resfriados que nos obliguen a quedarnos en el sofá y ver tutoriales de ejercicios sin poderlos practicar.
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