Fruncir el ceño. Una expresión que realizas a diario en diferentes momentos. Unas veces se hace inconscientemente, por lo que no se puede evitar. Otras veces se realiza en situaciones totalmente previsibles. Puede que estés leyendo algo que haya atrapado tu atención, que tengas un pensamiento que te despierta preocupación o que la claridad sea excesiva y verdaderamente molesta. Esta última situación se puede evitar protegiendo tu vista del sol.
Crece la conciencia de que hay que proteger la piel de la radiación solar con el objetivo de retrasar su envejecimiento, que salgan arrugas, así como para evitar males mayores como los melanomas. Sin embargo, aún queda trabajo por hacer en lo que se refiere a preservar la salud de la vista. Basta con salir a la calle para ser testigos de que hay deportistas que están limando la suela de las zapatillas sin gafas de sol. Lo mismo ocurre en otros deportes al aire libre y también en otros escenarios como la playa o la montaña.
Los daños a la vista pueden ser irreversibles. De ahí la importancia de la visita a un óptico-optometrista como profesional que podrá decirte cuál es el estado de salud de tu vista, así como aconsejarte unas gafas dependiendo de las actividades que practiques al aire libre. Y es que para que el deporte siga siendo sinónimo de salud, debemos realizarlo de manera segura y saber qué riesgos entrañan para tu visión determinadas actividades y de qué manera evitarlos.
Deportes de verano
La llegada del buen tiempo es la excusa perfecta para hacer deporte al aire libre. Correr, ir en bicicleta, jugar al paddle, senderismo, natación en aguas abiertas, paddle surf… hay tantas actividades que se pueden hacer bajo el sol veraniego, como recomendaciones para practicar cada una de ellas de manera segura.
La exposición prolongada a la radiación solar termina dañando la visión
En lo que respecta a la vista, el Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas, afirma que “la mayoría de las radiaciones solares son eficazmente filtradas por los ojos”, el problema está cuando la exposición es prolongada o nos exponemos a una “alta y selectiva cantidad de ellas [radiaciones] en un corto espacio de tiempo”. En otras palabras, a pesar de que el ojo está preparado para asumir cierta cantidad de radiación, el exponerse continuamente terminará dañando estos órganos.
En deportes como el running —tanto en asfalto como en campo o montaña—, el golf, el volleyball, el baloncesto o el tenis al aire libre resulta necesario hacerse con un buen par de lentes solares. Tampoco podemos olvidar los deportes náuticos, cuyo impacto de los rayos solares sobre el agua generan reflejos que, a largo plazo, pueden causar el deterioro de la visión. Además, el viento y el agua salada —en caso de que se practique en el mar— también son elementos que dañan la salud de los ojos por lo que las gafas de sol son imprescindibles para surfistas, paddle surfistas, regatistas y piragüistas.
Para estos casos, tu óptico-optometrista te asesorará sobre el uso de lentes de cristal oscuro y anti-reflejos; es una de las mejores formas de reducir el efecto del reflejo de los rayos solares sobre el agua. Cobra especial importancia el material con el que están hechas las gafas de sol, ya que han de tener una montura flexible para mayor comodidad, al mismo tiempo que ha de ser resistente debido a los posibles golpes y caídas que pueden sufrir durante la práctica deportiva.
La salinidad y el reflejo del sol en el agua exigen el uso de unas lentes oscuras
También es recomendable invertir en una buena cinta de sujeción. Se trata de una correa que evita que perdamos las gafas de sol mientras nos movemos con ellas. Un elemento que no sólo será útil a la hora de que las gafas de sol duren en el tiempo, sino que además hará que valga la pena invertir en unas gafas de calidad.
Sin embargo, los ojos sufren más en deportes como la natación en aguas abiertas o en piscinas al aire libre. Por un lado, el cloro es un agente químico que puede causar irritación e infecciones oculares. Para evitarlo, el uso de gafas de natación o de buceo son claves para todo aquel que quiera darse un prolongado baño en la piscina. Por otro lado, la salinidad y el reflejo del sol en el agua hace que también debamos elegir unas lentes oscuras para meter la cabeza en el mar.
Deportes de invierno
En invierno, las montañas se llenan de aficionados a los deportes sobre la nieve y estos son más conscientes de que necesitan un equipamiento específico para protegerse la vista. Por un lado, la incidencia de la radiación es mayor que en la costa dada la altitud. Por otro, el sol se encuentra más bajo debido a la estación. Todo esto hace que los rayos generen mayor impacto en la nieve creando brillos y reflejos, así como una luminosidad muy intensa.
No todas las gafas con un acabado degradado son polarizadas
Hay una gran variedad de gafas para la práctica del esquí, el snowboard o incluso para montar en motonieves. Las más habituales son aquellas de tipo máscara en la que no solo se cubren los ojos sino la piel de alrededor, que suele ser más fina que la del resto de la cara, y por tanto, más sensible a los daños que producen los rayos solares.
Para estos deportes también es recomendable que las gafas incorporen lentes polarizadas. En este punto hay que tener cuidado porque no todas las que tienen un acabado degradado son polarizadas. De ahí la importancia de acudir a un óptico-optometrista para que nos asesore sobre cuáles son las mejores según el deporte de invierno que vayamos a practicar.
Otro detalle a tener en cuenta es que las gafas para este tipo de actividades deportivas no solo protegen la vista de la radiación ultravioleta, también lo hacen de otros posibles elementos que, de prescindir de ellas, podrían meterse dentro de los ojos. Por eso, las gafas han de ser resistentes a los golpes y arañazos, así como ligeras y cómodas para garantizar la diversión y la comodidad durante la práctica deportiva.
Por último, conviene revisar la vista al menos una vez al año. Solo un óptico-optometrista cualificado podrá asesorarte sobre el estado de salud de tus ojos, así como qué gafas necesitas, ya sean graduadas o no. Así que no dudes en acercarte a la óptica de tu barrio para seguir disfrutando del abanico de deportes al aire libre que se pueden practicar en cada época del año.
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