El pasado sábado, tuve el gusto de ser invitado a cenar por un compañero de facultado recién llegado de una beca de dos años en Hong Kong en la que se ha convertido en un estudioso primerizo de la cultura oriental entre ella la culinaria por supuesto.
Al llegar a su casa vi con horror y presa del pánico estuve a punto de salir por la ventana al ver que en el menú que me esperaba, las algas tenían un papel protagonista. Mi cicerone me animó a probarlas aduciendo que las algas forman parte habitual del menú de países de centroeuropa, Japón, Corea, China, Chile y Canadá.
El conocimiento de su valor nutritivo las están poniendo de moda y son cada día más apreciadas pro ser una fuente natural de yodo.
El menú constaba de 3 de las algas marinas más famosas, nori , la 'kombu' y la 'wakame' . Las tres contienen altos niveles en sodio y yodo y es por ello por lo que se usan, una vez secas y convertidas en polvo, como condimento en numerosos platos.
El yodo es, como decimos, uno de sus puntos fuertes y la convierten en plato básico para aquellas personas con problemas tiroidales, que necesiten una ayuda con su crecimiento.
Además las algas participan en el metabolismo de las grasas ayudando a metabolizarlas convirtiéndose en un aliado a la hora de perder peso.
Este alimento puede incluirse en la dieta de cualquier persona al ser un alimento hipocalórico, rico en ácidos grasos como el Omega, proteínas, vitaminas y minerales.
En definitiva, una buena opción para enriquecer nuestra dieta sin perder en salud. Si me convencieron a mi, porqué no a vosotros.
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