A veces por desconocimiento, otras veces por pereza, muchas porque es mucho más fácil y conocido hacer uso del preservativo masculino. El caso es que el preservativo femenino sigue utilizándose mucho menos que el mismo sistema anticonceptivo para hombres. Parte de la causa puede ser que se habla menos de él o que parece mucho más aparatoso que el otro.
Algunas otras causas pueden ser que sean más difíciles de conseguir o que el precio es bastante más elevado que el del preservativo masculino - unos diez euros por cinco preservativos -. Sin embargo, hacer un mayor uso de este preservativo podría darnos a las mujeres cierta autonomía sobre nuestra sexualidad y seguridad. Por ello, es importante que sepamos en qué consiste el preservativo femenino, cómo se usa, cómo se coloca y las ventajas que tiene.
Particularidades del preservativo femenino
Igual que en el caso del preservativo masculino, el preservativo femenino ayuda a proteger tanto de embarazos no deseados como de enfermedades de transmisión sexual. En este caso, se trata de una especie de funda elaborada con nitrilo o poliuretano y de color transparente. El preservativo contiene dos anillos flexibles, cada uno de ellos un extremo del mismo.
Uno de estos anillos está cerrado y es, por tanto, el que se tendría que colocar dentro de la vagina, mientras que el otro anillo está abierto. Este va por fuera de la vagina y tiene que permanecer durante toda la relación sexual por fuera. Lo particular de esto es que gracias a que se queda fuera consigue cubrir la parte externa de los genitales femeninos, ofreciendo más protección antes las ETS. A diferencia del preservativo masculino, que podemos adquirir en numerosos lugares, el preservativo femenino puede comprarse, principalmente, en farmacias sin receta.
Ventajas del preservativo femenino
A pesar de ser menos conocido, algo más difícil de encontrar y ligeramente más caro, la realidad es que este preservativo tiene una serie de ventajas sobre el preservativo masculino. Esto es importante que lo tengamos en cuenta a la hora de decidirnos por uno o por otro.
Para empezar, este preservativo no está fabricado con látex, lo que significa que puede ser utilizado por aquellas personas que tengan alergia a dicho material. Tampoco suele crear irritaciones, ni otros problemas que puede presentar el uso del látex. Otra de las ventajas que tiene es que puede colocarse hasta ocho horas antes de la relación sexual. Esto ayuda a que se haga uso de él durante toda la relación sexual, aumentando su efectividad.
Por otro lado, es más resistente que el preservativo de látex y no es necesario retirarlo en cuanto terminamos la relación sexual. Además, muchos de ellos no tienen ningún tipo de olor, lo que puede resultar cómodo para aquellas personas a las que les resulta incómodo el olor del látex. La existencia de este preservativo nos facilita a las mujeres tener las riendas de nuestra sexualidad y el control para mantener relaciones sexuales de forma segura.
Cómo se utiliza y se coloca el preservativo femenino
En el caso de los preservativos femeninos, el fabricante nos indicará una serie de pasos que debemos seguir para su colocación y lo ideal es que los sigamos. En cualquier caso, independientemente de las marcas, todos ellos tienen unos pasos concretos a seguir. Algunos de estos pasos son bastantes similares a los que debemos llevar a cabo con el preservativo masculino.
Lo primero es abrir el envoltorio con cuidado, tal y cómo hacemos con los preservativos masculinos. Para ello debemos evitar hacer uso de los dientes y tener cuidado con las uñas. Posteriormente, debemos apretar el anillo cerrado, de modo que quede estrecho y fino y proceder a introducirlo dentro de la vagina. Lo ideal es que lo hagamos en una postura similar a la que usemos para colocarnos los tampones o la copa menstrual. De esta manera nos aseguraremos de que nos resulta cómodo de hacer y de que queda bien colocado.
Con un dedo podemos empujar el preservativo, de manera que nos aseguremos de que está bien colocado y suficientemente profundo. Posteriormente hay que colocar el anillo abierto en el exterior de la vagina, cubriendo los genitales. Para retirarlo después de la relación sexual basta con cerrar el anillo exterior y retorcerlo varias veces. Después tiraremos suavemente y el preservativo debería salir sin mayor problema. Algo que debemos tener en cuenta es que no puede utilizarse un preservativo femenino y uno masculino a la vez.
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