Se dice que la natación es una de las actividades deportivas más completas. Se trabajan y ejercitan todos los músculos, la coordinación motora, el sistema circulatorio y el respiratorio.
Por eso que se recomienda a cualquier edad, pero muy especialmente en niños. Esto debido a que según el estilo de natación que se elija, los pequeños desarrollarán grupos musculares específicos e, incluso, “activarán otros que otras disciplinas no mueven”, detalla Sergio David Ruiz López, que también es coordinador corporativo de natación de Sports World.
El mismo David nos especifica qué secciones del cuerpo son las que se trabajan según el estilo de nado.
- Nado libre y dorso: se ejercitan hombros, piernas y abdomen.
- Pecho: el trabajo se enfoca en las piernas y el abdomen.
- Mariposa: se fortalecen hombros, las piernas, la cadera y el abdomen.
Claro que las bondades de la natación no se limitan al desarrollo físico, según explica Ruiz. En las escuelas de natación, “trabajamos con actividades lúdicas para que el pequeño se adapte poco a poco al agua, a la vez que desarrolle su organismo, refuerce sus vínculos afectivos y comience su vida social”.
La natación estimula la inteligencia del pequeño y convierte sus movimientos en algo funcional, en los que predominan destrezas y aptitudes de supervivencia.
Para este experto, los beneficios de la natación en la infancia se pueden dividir así:
En el ámbito del desarrollo físico:
- Mejora la coordinación, el equilibrio y el conocimiento de los espacio.
- Es benéfica para la condición cardiovascular y, por lo tanto, mejora la resistencia del niño.
- Incrementa la fuerza gracias a los ejercicios musculares, haciendo que haya un desarrollo temprano de las habilidades psicomotrices.
- Estimula su apetito y lo hacen comer y dormir mejor. Lo que resulta en un mejor carácter y comportamiento.
- Amplía la capacidad de su sistema respiratorio y la regulación adecuada a su circulación sanguínea.
En cuanto al desarrollo psicológico:
- El niño se siente más seguro y disfruta mucho aprendiendo a nadar.
- Incrementa el sentimiento de independencia y de autoconfianza del niño.
- El pequeño aprende a nadar de una forma divertida y saludable.
- Saber nadar también es una medida de seguridad.
En materia del desarrollo social:
- Ayuda al niño a iniciar procesos de socialización.
- Mejora la comunicación con los demás.
- Amplía el horizonte de los juegos compartidos.
- Activa la diversión y el espíritu de competencia.
- Introduce conductas de autocuidado, convirtiéndolas en hábitos sumamente necesarios.
Para obtener todos estos beneficios, los niños deben practicar continuamente en las escuelas de natación, por lo que es necesario buscar espacios donde siempre exista un experto que guíe las actividades y mantenga seguros a los pequeños.
