Correr en pareja, entrenar con la familia en el gym, que un grupo de amigos entrene para un maratón… Todas esas situaciones son ejemplos de cómo las relaciones personales se pueden estrechar con la práctica de algún deporte o actividad física ya sea en un gimnasio o en el exterior.
Karla Ruiz, health coach y experta en semiología de la vida cotidiana, más que explicar estas relaciones, ejemplifica con estampas muy elocuentes, cómo y cuáles relaciones personales se ven beneficiadas con la actividad física, el ejercicio o los deportes, en gimnasios o con actividades al aire libre.
Una pareja que participa en carreras, siempre es muy solidaria. Se alegra de los triunfos personales o acompaña cuando el objetivo o tiempo de la pareja no se cumplieron. Sus vacaciones siempre giran alrededor de una actividad como maratones o medios maratones, sin ningún tipo de desacuerdo. Además se cuidan a la hora de la dieta o se procuran si alguno sufrió una lesión. Son dos personas que hablan el mismo lenguaje. Viven una pasión compartida, que complementa su amor.
“Ahora cada vez más se entrena en familia; conozco a una de cuatro miembros. Vamos a llamarlos ‘el combo Padilla’. Cada día, casi sin falta, padres e hijos asisten al gym y entrenan cardio y un poco de pesas, porque les gusta mucho participar en carreras nacionales e internacionales. Llevan más de 20, creo yo. Se ven felices, unidos y son muy solidarios entre ellos y con los demás. Me ha tocado ver cómo le echan la mano a otras personas”, narra la coach.
Las relaciones amistosas son otras de las beneficiadas con el estilo de vida fitness y las concurrentes reuniones en el gimnasio. De hecho, es algo que cotidianamente se ve en espacios como los de Sports World.
“Primero porque haces nuevos amigos con intereses, inquietudes y objetivos similares a los tuyos”, comenta la experta. “Eso es muy estimulante para cualquiera: no eres un bicho raro que le gusta el ejercicio, ¡hay más!”.
Después, explica, por qué los amigos se convierten en el soporte y apoyo de tu actividad fitness. “Cuando tienes flojera, ellos te jalan o te ponen el ejemplo para que no dejes de ir al gimnasio”.
“Así sucedió hace poco en el aniversario de un club de corredores; era una fiesta, pero todos los amigos nos fuimos temprano porque al otro día teníamos entrenamiento. Y pues así sucedió, nadie faltó a la sesión por más desvelado que haya estado. El elemento clave de esta tenacidad: el grupo de amigos”, enfatiza Karla Ruiz.
Amigos, pareja, familia: todo cabe en la vida fitness. Y lo mejor, cada una de las relaciones se potencian y renuevan. “Sin duda, la actividad física te enseña valores como la solidaridad, la empatía o la fuerza, que trascienden y se pueden instalar en tu vida diaria”, concluye la coach.
