La fruta que representa a la vitamina C siempre ha sido la naranja, pero no es la única, la acerola tiene hasta 20 veces más cantidad de vitamina C que la naranja, ahí es nada. 100 gramos de acerola nos aportan de 1000 a 2000 miligramos de vitamina C, cuando las necesidades diarias son de 60 mg, por tanto con sólo una acerola al día (10-15 gramos) las necesidades están cubiertas de sobra.
¿Todavía hay alguien que piense que los suplementos de vitamina C son necesarios?, hay muchísimos alimentos que contienen esta vitamina, por tanto es muy difícil sufrir una carencia. Las carencias por vitamina C que daban lugar al escorbuto solo se daban tiempos atrás en los marineros, aislados durante meses en el barco y con nada escasez de alimentos frescos que tuvieran esta vitamina. Como es lógico hoy día esas situaciones no se dan.
La acerola es un fruto pequeño parecido a la cereza que nace del árbol del acerolo, el color es rojo o amarillo según la variedad. El sabor es ácido pero no en exceso, lo que le da un toque muy sabroso. Al ser pequeñitas y tener las semillas gruesas digamos que hay poco fruto en una sóla acerola, pero son como las pipas, una vez que empiezas no puedes parar y 5-10 te puedes comer tranquilamente de una sentada.
Aprovechemos ahora que es el tiempo de la acerola, en el mercado puedes encontrarlas por un precio de lo más normal para una fruta, unos 2€ el kilo, con un kilogramos ya tienes para vitamina C para rato.
Una vez más vemos como eligiendo el alimento adecuado podemos aportar al cuerpo nutrientes fundamentales sin acudir a suplementos. Además como la vitamina C es antioxidante recordemos la importancia que tiene para los deportistas, así un puñado de acerolas es más que suficiente para suplir las necesidades. Fácil, natural y barato, ¿quién necesita pastillas?
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