La historia que os traemos hoy es sorprendente, nada menos que la de un culturista francés que no tiene hogar, un indigente llamado Jacques Sayagh. Jacques Sayagh no es que sea un ejemplo para todos, ya que tiene un pasado algo oscuro lleno de hábitos poco saludables, abuso de alcohol y en general una mala vida.
No obstante, creo que su historia tiene un punto de admiración también. Tiene mérito que a sus 50 años, y sin hogar, consiga ejercitarse en la calle y además competir en distintos campeonatos de culturismo.
Cuenta en el vídeo que desde que eran niños, él y sus dos hermanos siempre han realizado ejercicio físico muy diverso como kárate, correr, flexiones y judo. Cuenta repetidas veces de la importancia de realizar flexiones.
Además, dice que es mucho mejor poder correr, ser independiente y estético a tener un cuerpo amorfo, poco sano y en definitiva no poder realizar tareas del día a día con facilidad, sobre todo cuando se tienen 50 años. Él busca un cuerpo estético y afirma que tuvo un pasado en el que se drogó, abusó del alcohol y llevó una vida nada ejemplar, pero aún así, nunca dejó de lado el ejercicio físico.
Sayagh comenta que le motiva mucho realizar ejercicio físico, incluso cuando en las calles de París hace mucho frío. Además presume de tener un hijo y nietos y su deseo es que estén orgullosos de él.
Sin lugar a dudas, esta historia está fuera de lo común, quizá detrás de todo esto haya algo de marketing, pero es curioso cómo alguien que tiene dificultades para vivir decentemente encuentra la motivación y las ganas de seguir haciendo ejercicio físico. ¿Qué os parece esta historia?
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