Desde Vitónica siempre hemos hecho referencia a que las cosas no son buenas ni malas por sí solas, si no por el uso que se hace de ellas, como es el caso del azúcar refinado. Es cierto que, sobre todo durante los últimos años, el consumo de este producto está en un proceso casi de persecución, siendo poco menos que prohibido por nutricionistas, técnicos e incluso a nivel médico.
Aúnque es evidente que el azúcar blanco no es precisamente el mejor aliado para hacer de él la base de nuestra dieta diaria, si debemos tener en cuenta que en algunos casos puede ser bastante beneficioso para el orgnizsmo:
- Poblaciones especiales (como ancianos o personas con trastornos alimentarios) necesitan del mismo por poder endulzar otros alimentos que por sí solos no podrían (o querrían) ingerir.
- Sobre todo en mujeres se utiliza en casos de ansiedad y depresión por la activación de la glucosa como activador de neurotransmisores del cerebro (de ahí los típicos atracones de chocolate sin venir al caso).
- Excepto diabéticos y problemas serios de obesidad y úlceras estomacales, es un alimento que se puede tomar de manera moderada sin excesivos problemas, aúnque es obvio su aporte de calorías vacías.
- Es el mejor aliado en casos de reposición urgente de los depósitos de glucógeno (el alimento más directo del músculo y del hígado).