Quizá la pregunta de este titular os parezca extraña y os estéis preguntando cómo se me ha ocurrido esta historia. Pues veréis, es que no se me ha ocurrido a mí, sino a alguna mente privilegiada en el campo de la publicidad que ha logrado colar un aceite de oliva en las farmacias para venderlo a 40 euros el litro en las farmacias con la excusa de su supuestas propiedades antiinflamatorias y analgésicas, hasta el punto de sustituir al ibuprofeno. Ojalá se me hubiese ocurrido a mí.
Bien, volvamos a la pregunta del titular. Respuesta corta: no. Respuesta un poco más larga: que no, de ninguna forma. Respuesta completa: vamos a intentar responder en este artículo de dónde ha salido la idea y por qué no deben caer en la trampa.
El aceite en cuestión se llama Fergus y es un aceite de oliva virgen extra con una supuesta alta concentración de oleocanthal, un polifenol presente de forma natural en el aceite de oliva y que hace unos años se postulaba como sustancia casi milagrosa por sus propiedades beneficiosas, aunque poco se ha llegado a concretar después.
El tuit de Marca España
La polémica en torno a Fergus saltó hace unos días porque un periódico nacional publicó un reportaje (no muy riguroso científicamente hablando) al respecto en su suplemento de salud y bienestar, y unos días después, la cuenta institucional de Marca España, institución adscrita al Ministerio de Exteriores, publicitaba ese reportaje remarcando el supuesto mérito del producto.
Aunque Marca España retiró el mensaje poco después debido al revuelo y el escándalo de muchos tuiteros que le reprocharon su falta de rigor, podríamos decir que el daño ya estaba hecho: el mensaje engañoso había llegado a miles de personas.
¿Engañoso? Desde luego. Se trata de una estrategia comercial basada en destacar las propiedades beneficiosas de un componente que para empezar está presente en todos los aceites de oliva virgen extra y para continuar, no está demostrado que tenga esas propiedades de forma tan clara.
A vueltas con el oleocanthal
El oleocanthal es un polifenol, un compuesto químico presente en el aceite de oliva virgen extra, especialmente en algunas variedades, responsable de su sabor ligeramente picante. Algunas investigaciones sugieren que el oleocanthal tiene efectos antiinflamatorios como los de los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, como el ibuprofeno.
También se ha sugerido que tiene propiedades anticancerígenas, siendo capaz de atacar a las células cancerosas sin dañar a las células sanas del cuerpo humano, y efectos retrasando la neurodegeneración asociada al envejecimiento.
Las investigaciones al respecto siguen en marcha pero han perdido empuje en los últimos años, como señala Juan Revenga en este artículo donde trata este tema: actualmente solo 76 artículos en Pubmed analizan las propiedades del oleocanthal, pocos si tenemos en cuenta la supuesta batería de propiedades beneficiosas que tiene, y se refieren a investigaciones in vitro o con animales, nada que haya llegado a la fase de investigación en humanos.
No es un medicamento ni producto sanitario
En cualquier caso, ni el oleocanthal ni el aceite bajo la marca Fergus han pasado los controles que la legislación española y europea imponen a los productos sanitarios ni han sido en ningún caso autorizados por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios. Por tanto, que se venda en las farmacias tiene más que ver con el marketing que con su carácter de medicamento.
Esto no resta nada a las propiedades beneficiosas del aceite de oliva virgen extra, que sí ha demostrado consistentemente tener un efecto regulador en los niveles de colesterol, ser fuente de antioxidantes y otras ventajas. Pero mientras que no se demuestre lo contrario, no sirve para sustituir al ibuprofeno, por mucho que te lo cobren a 40 euros el litro.
¿Todo vale para promocionar la Marca España?
Y una cosa más: es interesante en este caso el papel no solo de la empresa que vende el aceite incidiendo en unas propiedades que no están demostradas, sino también el de los intermediarios que la ayudan a difundir su mensaje. Los medios de comunicación y, aquí especialmente, una cuenta institucional como la de Marca España.
Horas después del mensaje, Marca España publicaba una rectificación, lamentando "que el tuit sobre el aceite de oliva haya inducido a error". "Solo buscábamos promocionar el AOVE (aceite de oliva virgen extra) español".
Lamentamos que el tuit sobre el aceite de oliva haya inducido a error. Lo retiramos. Solo buscábamos promocionar el AOVE español @eldiarioes
— Marca España (@MarcaEspana) 4 de septiembre de 2017
Un tuit es un mensaje breve en una red social minoritaria, así que podríamos pensar que, bueno, no tiene más importancia. Escrito a la ligera y sin más pretensiones, ¿tan grave es? En mi opinión, sí que lo es.
Todos otorgamos a las cuentas institucionales cierto criterio y autoridad, y más si hablan de temas que no conocemos en profundidad. Si un usuario sin mayores conocimientos en nutrición o ciencia se topa con ese mensaje de una cuenta verificada como oficial, puede caer en la trampa por falta de un análisis crítico de un producto que lo necesita.
No todo debería valer para promocionar la marca España.
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