Seguro que alguna vez has dudado sobre la seguridad del agua del grifo, y te has preguntado ¿puedo beberla sin preocuparme por mi salud?
También puede ser que te hayas cuestionado si rellenar continuamente esa botella de plástico con agua día tras día es la mejor opción del mundo.
Para resolver todas estas dudas, y muchas más, en el post de hoy profundizaremos sobre las cuestiones que más intrigan a los consumidores en relación al consumo de agua del grifo y agua embotellada. ¿Son ambas opciones saludables?
¿Existen riesgos en el agua del grifo?
Generalmente, el consumo de agua del grifo despierta cierto recelo entre la población, principalmente por su sabor inestable y poco apetecible —algo que es bastante subjetivo— a lo largo de las diferentes ciudades del país. Esto se debe principalmente a la dureza del agua, es decir, a la presencia y proporción de distintas sales minerales que proceden del suelo, por eso es tan variable según la zona geográfica.
Otro de los temores habituales de la población en relación al consumo de agua del grifo es la presencia de cloro, un compuesto químico que no entraña riesgo alguno para la salud en las concentraciones utilizadas, y que además sirve para higienizar y desinfectar este líquido para que podamos beberlo sin preocuparnos por el desarrollo de patógenos.
Por ello, y en contra de la creencia popular, el consumo de agua de grifo en España es totalmente seguro. Así lo confirman los últimos informes oficiales sobre la calidad del agua en España, que analizan los parámetros microbiológicos, químicos y organolépticos del agua. Según el informe del año 2016, el 99,5% del agua de grifo en España es apta para el consumo humano. Se puede consultar el informe completo en el sitio web del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.
¿Es seguro beber agua embotellada?
De forma inicial, podríamos pensar que el agua embotellada es mucho más segura que el agua de grifo. Pero, como hemos visto anteriormente, esto no por qué ser necesariamente así.
Tampoco significa automáticamente que el agua embotellada sea insegura, ni mucho menos. Ya que ambas opciones son perfectamente seguras para el consumo humano.
Sin embargo, debemos tener en cuenta que la reutilización constante de botellas de plástico sí entraña un pequeño riesgo hacia la salud de los consumidores, ya que con el deterioro se desprenden microplásticos que pueden perjudicar nuestro estado de salud a largo plazo.
Esto no quiere decir que debamos desechar la idea de consumir agua embotellada, ya que mientras no reutilicemos en exceso las botellas de plástico no habrá problema.
¿Qué pasa con el medio ambiente?
Sin embargo, si tenemos en cuenta los aspectos medioambientales, lo cierto es que esta cuestión acuática parece plantear ciertas dudas.
El plástico presenta una tasa de reciclaje muy baja en comparación con otros materiales, planteando muchas dudas a los consumidores. Esto ha propiciado que el plástico adquiera muy mala fama en los últimos tiempos.
Realmente el plástico no es el problema en sí, sino el mal uso que se le está dando a través, por ejemplo, de su abundancia innecesaria en algunos envases alimentarios.
Por ello, si tenemos en cuenta que la recomendación sanitaria sería no reutilizar las botellas de plástico debido a la migración de componentes potencialmente peligrosos, nos encontramos ante una problemática que enfrenta la visión medioambiental y aquella relativa a la seguridad alimentaria.
Sí, ambas son opciones saludables
En general, podemos concluir que tanto beber agua del grifo como agua embotellada son opciones totalmente saludables y no presentan ningún problema para la salud humana.
Sin embargo, consumir agua del grifo se presenta como una opción mucho más sostenible en conjunto, y que además es bastante más económica. Además, si pensamos en el medio ambiente, otra opción válida sería apostar por envases de una duración mayor, como es el caso del vidrio, acero inoxidable o el plástico duro tipo tritán. Estos materiales son muchos más estables frente a factores externos como la temperatura o humedad y minimizan la transmisión de componentes entre envase y agua.
Mantener una correcta hidratación es vital para garantizar que todas las funciones metabólicas se lleven a cabo correctamente dentro del organismo humano, pero tampoco es necesario beber una cantidad muy elevada al día.
Debemos recordar que el agua contenida en los alimentos y el consumo de bebidas como las infusiones también cuenta a la hora de mantenernos hidratados, algo que habitualmente tiende a despreciarse en algunas recomendaciones y mitos alimentarios, como por ejemplo aquel que predica con la bebida diaria obligatoria de 2 litros de agua.
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